Instructores de arte para reanimar la cultura avileña

Valorar el movimiento de artistas aficionados y la gestión cultural desde cada escuela, comunidad o Casa de Cultura implica pensar invariablemente en la figura del instructor de arte. Sin embargo, desde hace un tiempo las interpretaciones han ido a la inversa y tan importante como garantizar la programación o la apreciación y creación artísticas en Ciego de Ávila, ha sido dialogar sobre su cuestionable éxodo y el repertorio de causas que atentan hoy contra su permanencia en el sector.

•Conozca también sobre el papel del promotor cultural

Malas decisiones, incomprensiones de su función social, limitaciones materiales, exigua remuneración y diferencias salariales entre los vinculados a Educación y Cultura hicieron menguar su presencia, al punto, de que en la edición impresa del 4 de febrero de 2017 Invasor exponía que de los más de 1 100 miembros de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, solo 498 permanecían activos.

De entonces a la fecha las bajas sumaron otros dígitos, mientras crecía una irreconciliable lista de anhelos y carencias.

Hoy, bajo el influjo positivo de una reforma salarial que ha venido a equiparar diferencias y a valorizar su papel como hacedores de cultura, han sido 43 los que hasta la fecha han pedido su reincorporación al sector, noticia agradable que viene a oxigenar el panorama actual y permite proyectar con acierto nuevas metas. Aun cuando la decisión definitiva deberá esperar a enero de 2020, desde ya se vaticina un despertar de los ánimos.

Para Mariela Santana Cruz, subdirectora del Centro Provincial de Casas de Cultura, esto se traduce en un fortalecimiento de la oferta y del movimiento de artistas aficionados, verdaderos protagonistas del trabajo que transcurre, sobre todo, en las comunidades y municipios distantes de las principales urbes.

“Elevar el nivel de convocatoria, la calidad de las actividades y contribuir a la formación de individuos capaces de dialogar sobre cualquier manifestación artística son aspiraciones que podremos incentivar con el regreso de estos jóvenes, con muchísimo talento y ganas de hacer.”

En este entramado, tampoco pueden desestimarse las limitaciones materiales que ciñen la creación en el Sistema de Casas de Cultura, opinión compartida por Virginio Menéndez Moro, director provincial de Cultura, durante un espacio de debate con directivos e intelectuales del territorio, al reconocer que en la mayoría de estas instalaciones están maltrechos los instrumentos musicales, se improvisa para lograr materiales para las artes visuales y los equipos de audio tienen múltiples averías.

Si bien la cifra todavía es pequeña frente a los que ya no están, cierto es que resulta un destello de luz, un pedazo de esperanza que confirma que este “ejército” todavía respira. En lo adelante, el reto será mantenerlo ileso y evitar vocaciones tronchadas.


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar