La idea que muchas veces dejara sin sueño al matrimonio de María Cristina Morell Hernández y Orlando Concepción González, se ha tornado en la algarabía de un barrio tranquilo de la ciudad de Morón, donde una mañana cualquiera un grupo de canadienses tocan las claves y prueban un café hecho con colador.
• Si se lo perdió, lea en Invasor sobre la oferta cultural en el turismo avileño.
Finca Nenita es el nombre de esta Casa de la Cubanía, un espacio no convencional del que se apropian las artes escénicas, las exposiciones fotográficas y el talento local, en favor de la construcción colectiva de la identidad cultural cubana, acción más basada en nutrirla que en mostrarla detrás de un cristal.
María Cristina, a cargo del local, sabe bien cómo hacerlo, gracias a la experiencia como promotora cultural de la Casa de Cultura Haydeé Satamaría Cuadrado, que hoy le permite desempeñarse en el trabajo comunitario al que se destinarán las tardes allí en la Finca. “Necesito investigar sobre el güije de los esteros”, comenta, pensando en cómo revivirles la leyenda a los muchachos que en febrero les caerán en tropel, gracias a un convenio con el sector de la educación en el municipio.
“No podemos dejar que los niños y los adolescentes crezcan pensando solo en la música de moda, o las marcas de ropa, y que la guayabera sea solamente cosa de viejos”, reflexiona ella, mientras Orlando piensa en que la cultura hay que tocarla con todas las manos posibles.
“El objetivo es dedicar la semana al trabajo con las comunidades: por la mañana se atiende a las excursiones de turistas, pero las tardes son para el público general y las visitas guiadas de estudiantes”, explica él.
CUBA POR DENTRO: SIGUIÉNDOLE LA RIMA A DON FERNANDO ORTIZ Escribió, con toda sabiduría, Don Fernando Ortiz: "La cubanidad para el individuo no está en la sangre, ni en el papel ni en la habitación. La cubanidad es, principalmente, la peculiar calidad de una cultura, la de Cuba. Dicho en términos corrientes, la cubanidad es condición del alma, es complejo de sentimientos, ideas y actitudes." Y esto, precisamente, es lo que pretende este nuevo espacio creado en la ciudad de #Morón, gracias al ingenio del artista Orlando Concepciòn, quien ha concebido este criollo lugar de encuentros, desde la dramaturgia del jolgorio pleno para el espíritu cubano. Aquí les dejo, como plátano en tentación, este pequeño video promocional que hice del lugar.
Posted by José Aurelio Paz Jiménez on Tuesday, January 14, 2020
Los fines de semana incluyen en la programación habitual las noches románticas de los sábados, y las del recuerdo de los domingos. Una vez al mes se dedica un espacio a la trova con Belarmino Quiñones, al baile guajiro y al bolero. Estas dos últimas tradiciones deben enriquecer los eventos que anualmente auspicia la ciudad: la semana de la cultura y el Festival Boleros de Oro.
Baile Guajiro. Sábado 25 a las 8pm en la casa de la Cubanía. Te esperamos. Hombre vestido con guayabera y sombrero. Mujeres en vestido y una flor en la cabeza.
Posted by Orlando Concepciòn on Friday, January 24, 2020
Sin embargo, en la Finca Nenita no solo se ve y se escucha la cubanía, también se saborea. La coctelería de Guillermo López honra la tradición con una oferta de Aliñao Oriental, Canchánchara, Cuba Libre y otras bebidas que complementan la cocina criolla donde se preparan a la vista del visitante las carnes a la plancha, tostones, matajíbaro, chicharritas y frituras.
En las paredes, desde Virgilio Piñeira y Tomás Gutiérrez Alea, hasta la moronense Vivian Díaz, supervisan que la mercantilización de lo folclórico no ocurra en las butacas donde Noidys Pardo Castillo enseña a tocar la clave cubana, con la actitud desenfadada y la alegría propias de lo popular. “Muchos clientes agradecen ese matiz espontáneo con que aprenden aquí sobre el baile guajiro o el guaguancó”, comenta Noidys.
Se trata de entender (y explicar) a la Isla desde una postura plural. Por eso Oshún y la Virgen de la Caridad comparten una pared, las puertas de los baños son custodiadas por frutas tropicales que reverencian la diversidad sexual, y una lista de reproducción de música combina a Compay Segundo con Carlos Varela.
La iniciativa personal, o una licencia para expender tragos y realizar espectáculos, no logran describir un lugar más apropiado para compartir y descargar, en esa acepción no metafórica que reseña el acto de “quitar(se) una carga”. Porque en la Finca Nenita se consumirán tragos y chicharritas, sí, pero la cultura cubana no se puede comprar.