Las fábulas (que no son fábulas) de La Yaya
A La Yaya se va porque se va. No es de esos lugares a los que uno le pasa por el lado y lee en las vallas de carretera el nombre con una raya roja que indica que se acabó el pueblo.
A La Yaya se va porque se va. No es de esos lugares a los que uno le pasa por el lado y lee en las vallas de carretera el nombre con una raya roja que indica que se acabó el pueblo.