La introducción de técnicas de mínimo acceso en procederes quirúrgicos resulta un reto para la Urología en Ciego de Ávila, que del año 2015 a la fecha ha logrado un incremento del número de intervenciones por esta vía, sobre todo, en el tratamiento de la litiasis urinaria (cálculo), padecimiento que aqueja a cerca de un 10 por ciento de la población adulta y ocupa un 30 por ciento de la actividad urológica en general.
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Con este antecedente y por la necesidad de elevar el nivel técnico y científico de esta especialidad en la región, acogió la provincia la Primera Jornada Territorial de Urología, Urocentro 2019, que trajo al debate modernas alternativas de tratamiento para esta afección, como la litotricia extracorpórea con ondas de choque, la nefrolitomía percutánea y la ureterorrenoscopia.
Otros temas fueron la eficacia del Vimang en la calidad del esperma de pacientes con infertilidad, las infecciones urinarias drogorresistentes, el uso de anestesia en la endourología, la neovejiga ileal y el manejo de la litiasis renoureteral compleja.
Reinel Rodríguez Pastoriza, especialista en primer grado de Urología y jefe del servicio en el Hospital Provincial General Docente Antonio Luaces Iraola, explicó que el servicio, integrado por siete especialistas y cuatro residentes, logró dar pasos importantes en la calidad de la atención y en la superación del personal, sin romper con un esquema de trabajo donde la proyección comunitaria juega un papel fundamental.
Aun sin las condiciones infraestructurales y tecnológicas ideales, donde, solo por citar un ejemplo, la ausencia de la radiografía intervencionista limita las acciones, Mariano Castillo Rodríguez, jefe del Grupo Nacional de Urología, valoró como positivo el empuje de este colectivo de trabajo y resaltó las posibilidades de continuar expandiendo los horizontes.
Practicarle una radiografía a un paciente con cólico nefrítico, tramitar su caso como una urgencia y mediante una ureterorrenoscopia extraer el cálculo todavía es un sueño, pero a él se aferran con garras los urólogos, conscientes de que las técnicas mínimamente invasivas no solo reportan calidad de vida, sino economía de materiales.
Al cierre de 2018, la actividad quirúrgica en la provincia cumplía con todos los indicadores de calidad exigidos por el Ministerio de Salud Pública, excepto con las operaciones realizadas a través de procedimientos mínimamente invasivos, que cerraron en un 10,1 por ciento, de un 20 demandado. Con la mira puesta en mejorar estas cifras, se trabaja con una visión de mínimo acceso.
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