La visita al remozado parque infantil en la capital avileña motiva a captar imágenes de alegría y disfrute
Llegarse hasta los predios del parque infantil Latiendo Sueños, crea en el visitante la agradable sensación de que el escenario actual apenas constituye un punto de partida.
En medio del ir y venir de niñas y niños, y de una variada oferta gastronómica que también incluye el aporte del sector no estatal, se respira un ambiente de fiesta en el que abundan las risas y las canciones, aunque algún que otro llanto pasajero interrumpa el jolgorio familiar.
Todo ello sin estar el parque “completo”. A las instalaciones actuales se le deben sumar otras en una segunda fase constructiva: un ranchón, una tarima, camerinos, inflables, nuevos equipos para la distracción de la niñez…
Basta el disfrute en una tarde de sábado para sentir la necesidad de agradecer a todos —y han sido muchos— los que contribuyeron a la recuperación de los equipos que mostraban signos de deterioro, y a la notable ampliación de este complejo.
“Tiempo al tiempo y montaremos en la estrella, ya verás”
Allá va esoooo
Colectivo juvenil en Pizza-fiesta, para servirles
“Pues yo también ofrezco lo mío”
La tía Mary está muy contenta…
…Y la grey infantil le responde
“¿Por qué no te cuadra mi música?”
“¡Arre, arre, caballito!”
“¡Te alcanzaré y llegaré de primera!”
A bañarse sin jabón
Mientras la mayoría se divierte, el gruero de Azutecnia permanece atento a los arreglos