Una mirada humorística al año que ¡al fin! Se va
No hay nada más preciado que los años que uno va viviendo, algunos malos, otros mejores…, en fin, alcanzar cierta edad es un privilegio que no todos logramos disfrutar.
Nuestra era ha llegado a 2022 años (según cuentan) y hoy es su último día para empezar a vivir el 2023. Esa edad no es de humanos, es apenas un recuento de los últimos dos milenios de un planeta que lucha por seguir dando vueltas y rotando sobre su eje —aunque ahora, ¡ay, Galileo!, haya quien desempolve viejas teorías terraplanistas— para que los habitantes entiendan que la humanidad necesita paz, amor y cuidado de sus recursos naturales.
Los cubanos, que hemos pasado un año también de rotaciones y vueltas —ahí está el precio de lo más indispensable confirmándolo…, ¿dónde están los que creen que la Tierra es un plato sobre elefantes cuando hacen falta?—, no dejaremos de reírnos de las dificultades, como tabla salvadora para un mañana mejor y posible.
Ese, entre tantos otros que usted puede nombrar ahora, digamos la familia, los amigos, el amor de pareja, es el verdadero eje de rotación. Sigamos girando sobre lo que nos hace feliz en 2023.
¡Adiós, 2022! ¡Entra, 2023!
Por: Leidy Vidal García
Por fin decimos adiós,
con nostalgia y alegría
a esa incesante porfía
que fue dos mil veintidós.
Digamos, aquí entre nos,
que no faltó la esperanza;
la voluntad nos alcanza
para soñar nuevas metas;
nuestras almas van repletas
de fervor y de confianza.
Atrás quedaron dolores
cuyo llanto aún ahoga:
la explosión del Saratoga
en mayo; grises colores
en agosto: los horrores
de un incendio que aún nos quema
la memoria… y el poema…
Pero siempre vence el bien
y el amor en el vaivén
de la balanza: es mi lema.
Septiembre trajo el flamante
Código de las Familias,
y así, año, te reconcilias
con un abrazo gigante:
desde ahora en adelante,
se ha vuelto ley el amor.
Convirtamos en fervor
de vida cada latido:
dos mil veintitrés va unido
a trabajo inspirador.