El tiempo, las colas y el (des)orden

El mercado está emitiendo señales de humo desde España, Alemania, Estados Unidos o Cuba, aunque ya sabemos que algunas “cortinas” empañan la visión y no siempre se interpretan del mismo modo. No obstante, hemos tenido que coincidir en un punto, insoslayable a estas alturas: el temor arrasa con los estantes… donde sea.

En Estados Unidos la agencia de prensa The Associated Press reseñaba esta semana que algunas compañías estaban fijando límites a ciertos productos relacionados con la influenza y que Walmart negociaba con los abastecedores para rellenar anaqueles que se han vaciado hasta de pastas alimenticias. La gente acapara para su posible “cuarentena”, en vísperas de la COVID-19. Se preparan como si viniera una nevada de semanas o un huracán Categoría 5, que ya dejó secuelas en las Antillas. Para Europa está siendo más o menos igual: temor que genera escasez que, a su vez, provoca crisis. O al revés. Crisis, escasez y temor. El ciclo se comporta idéntico, incluso, en retroversa.

Si bien en Cuba el déficit no lo ha desatado el coronavirus, el sistema funciona con las mismas reglas. Jabón, champú, pasta dental, detergente, pollo, aceite… productos que no han podido estabilizarse con la agilidad con que una economía primermundista responde a las demandas. Aquí —el subdesarrollo (porque somos un país subdesarrollado, aun cuando estemos acostumbrados a compararnos hasta con el G-7), el bloqueo de Estados Unidos, el arrecio de medidas coercitivas, la falta de liquidez para la compra de materias primas, la ineficiencia de nuestra cadena puerto-transporte-economía interna, la falta de información oportuna y los rumores esparcidos desde todos lados— han derivado en tensiones exacerbadas en colas… y codazos. Gente queriendo comprar todo lo que pueda porque no sabe cuándo volverá a comprar.

colas..

Posted by Osvaldo Gutierrez Gomez on Thursday, February 27, 2020

Por eso cada vez que alguien habla de “acaparadores” me siento identificada, pues tengo en casa 10 jabones Lux; para mí y mi hija eso representa casi tres meses de baño. Y lo hice, en primer lugar, porque me subieron el salario; luego, porque los segundos cinco (que es lo que venden) los adquirí casi sin cola; no iba por jabón, pero “tuve que aprovechar”. Si se fijan en la frase entrecomillada “tuve que aprovechar” entenderán que hoy, para una mujer que trabaja, no vive al lado de una tienda, no tiene todo el tiempo del mundo, ni sabe a qué ritmo se abastece el comercio, tener 10 jabones en casa es un acto de sosiego, más que de acaparamiento. Así pensamos miles y aceleramos, sin querer, el estrago.

Visto a gran escala, mi ejemplo, condicionaría a que la industria triplicara sus cantidades, y lo que antes suministraba al mes, ahora tendría que estar puesto ya en estante o sobre ruedas para el trimestre; que es ahora mismo “mi necesidad”. Eso hacen los temores, desestabilizan. Y si multiplicamos mi ejemplo por 200 000, cerca de la mitad de los avileños, iremos entendiendo por qué lo que venden en una tienda se acaba en un día. Estamos comprando hasta para cuando se nos acabe lo que ya compramos.

A pesar de que la prensa nacional ha informado que en abril habrá mejoría de los productos de aseo, y en mayo y junio estabilidad, para la demanda actual de tensiones los ritmos normales de la industria se quedarían cojos. No podríamos desconocer que los consumidores compran ya por necesidad y por temor, y el temor dispara las ventas y vuelve la demanda a quedarse sin oferta. Para colmo, el desconocimiento de las cifras suma desconcierto.

En Ciego de Ávila, por ejemplo, ni el grupo Empresarial de Comercio y Gastronomía, ni la Empresa Comercializadora de Productos y de Servicios Universales, acceden a dar esas cifras a la prensa. Solo hablan en porcientos o toneladas. En febrero, informaron, llegó apenas la mitad del jabón y la crema dental. Para marzo, dicen, mejoran las cifras.

Aunque por la absurda negativa desconozcamos los números, ciertamente no serán los datos los que calmen o aceleren la “histeria colectiva”, sino los hechos. Ver el producto y verlo constantemente. En meses anteriores, explicaba Pablo Acosta Zorrilla, director comercial de la Empresa Universal, había que mover inventarios de jabón de lavar para otras provincias porque aquí tenía lento movimiento. Hoy el contexto ha dado un giro de 180 grados; personas duermen esperando las mercancías.

post detergente En ese tumulto están también los revendedores que nunca han estado en falta, quienes ahora perfeccionan su red de trasiego y alcanzan la red digital, el sitio de compras y ventas de Ciego de Ávila, Revolico, donde uno puede encontrar, si busca bien, o escribe por privado, casi todo.

Fuentes anónimas aseguran que parte del detergente en polvo viaja en maletines desde el Oriente y llega quintuplicando su precio y, aun así, “vuela”. De alguna manera, lo complementa Ariel Basilio López Camejo, director de la Dirección Estatal de Comercio, cuyos inspectores deben controlar la actividad en los establecimientos. “No hemos detectado mercancía oculta en las cadenas de tiendas”, dice de cuajo y lanza, sin querer, la evidencia a la calle.

Todo parece indicar que son las coleras y coleros quienes dominan el mercado y compran una y otra vez, a ojos, incluso, de la Policía, pues cada vez que una tienda va a expender productos de alta demanda las gerencias informan a un puesto de mando creado en el Gobierno Provincial, y esa estrategia le permite al cuerpo policial saber dónde ubicarse para establecer la disciplina. Según el subteniente Eliceider Cobas Cobas, jefe del grupo de Vigilancia y Patrullaje, han llegado a ser 16 oficiales en un día custodiando las tiendas del bulevar avileño. Desde El Trópico, Reina Azul, Venecia o Cruz Verde agradecen a esas fuerzas del orden por contener el tumulto; algo que los horarios alargados han aliviado, también.

No obstante, ni siquiera la Policía o los escasos inspectores de la Dirección de Supervisión Integral —que en el municipio cabecera no llegan a 20 y deben trabajar en parejas— han podido frenar el mercado informal.

Medidas implementadas desde otros territorios podrían, quizás, atenuarlo. En Las Tunas regularon productos tomando la libreta de abastecimientos, no para normarlos, sino para regularlos y evitar que todos en el núcleo compren el mismo producto que otros hogares todavía no tienen. Acá pudiéramos hacer con el detergente lo que hacemos actualmente con la papa. ¿Cuál sería la diferencia?

Con mucha disciplina los habitantes de la ciudad de Las Tunas acuden a su bodega para adquirir el módulo de aseo que se expende a cada núcleo familiar por 63 pesos, una iniciativa que muchos agradecen.

Posted by Gianny López Brito on Tuesday, March 10, 2020

Pero mientras no se busquen nuevas alternativas o se perfeccionen las existentes —y en tanto la industria nacional y las importaciones no respondan al ritmo demandado— tendremos que seguir lidiando con un orden de colas que, en ocasiones, terminan en desorden. Mirándolas uno hasta “agradece” no tener siempre el tiempo para hacerlas. Solo que cuando la necesidad obliga hay que marcar y el último en esa cola no puede ser el respeto.


Comentarios  
# vasily 18-03-2020 10:04
Muy bien con este trabajo sobre las colas. habría que agregar, que muchas personas parecieran disfrutar de la "vida" en las colas,pues ven en ellas la oportunidad de:
1. establacer algún tipo de relación con el otro.
2. tener el tiempo "ocupado"
3. hacer "algo" por el bien de la familia
4. controlar el ambiente familiar, una vez que se lleva a casa los artículos de primera necesidad
5. demostrar sus capacidades personológicas para establecer y mantener un orden (el de la cola) y hasta prestar servicio de información para aquellos que se incorporan tarde a la misma, o no tienen bien claro cuál es su sitio en ella.
No se podría dejar de mencionar que, aunque parezca risible, algunos hacen colas para controlar sus marejadas de ansiedad y ese distrés que tanto mal nos hace. Y, claro está, no hay que obviar tampoco todas las razones que la periodista explica en su texto. Alguien en una cola me dijo, "pareciera que el cubano tiene en sus genes el don de hacer colas". Y después de reírme, lo pensé y me dije, ¿será cierto? Nuestras colas son únicas, incompresibles, casi ilusorias y hasta homenajeables. Vamos detrás de alguien que no está, que a su vez, va después de alguien que tampoco está; y hacemos cola para cualquier cosa, lo mismo para el aseo personal como para yogurt en vasitos o sardinas en latas. Y siempre, siempre, los últimos son los primeros en el tumulto.
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# luis 18-03-2020 10:52
Ciertamente preocupan las colas, más en tiempos en que debíamos evitar la aglomeración de personas para previnir el coronavirus. Es verdad que el desabastecimiento provoca todo lo que dice la periodista, pero la desfachatez de los revendedores acrecienta el problema.
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# colas 18-03-2020 11:25
Todoeso se resuelve fácil...quién tiene tiempo para hacer colas?..los que no trabajan...por qué no trabajan??..por qué hacen colas..con eso sacan más que los periodistas, los maestros, los médicos, los científicos, y todos los etcs..como se resuelve??..ud no trabaja?? no tiene limitación física o mental?. no está limitado por otra situación?...le envian dinero del extranjero? pues quién no trabaje..que pague en el médico cuando se enferme, que pague la escuela de sus hijos...y con esa recaudación, le damos más salarios a todos..y tú verás, como todos comienzan a trabajar....peor no lo hacemos pq el socialismo protege a todos..y por qué proteger a todos??..por qué seguir gastando ríos de tinta y minutos de spots para hacer conciencia, la cuál no ha avanzado prácticamente nada en 62 años? en mi visión, incluso a retrocido muchísimo. entonces, dejemos de estar mirando a un lado y exijamos lo justo..quién no aporte, que pague...y punto
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# lester 24 18-03-2020 13:43
Lo que me llama la atención es por qué no hacer nuestras experiencias como la tunera: poner lo básico en manos de la gente, regulado no normado, de modo que todos alcancemos cada mes y podamos resolver nuestros problemas. Es como si nos hubiéramos olvidado que antes no había tiiendas en divisa y todo estaba en la bodega de lo más bien. Escucho, leo y veo, en los medios, hablar de alternativas y, con todo respeto, no creo que las colas, el desorden y la indisciplina lo sean. Gracias a la periodista por su trabajo. y Gracias a Invasor.
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# Alfredo 19-03-2020 12:07
Uno de los mejores trabajos periodísticos que he leído, de acuerdo con los tiempos que estamos viviendo. Katia, coincido con usted 100%. Gracias y felicidades
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# Markus 21-03-2020 08:19
Muy buen escrito, pero creo que la provincia debe hacer en temas de distribución una distribución equitativa en todas las tiendas de la cadena para evitar tanta personas en la misma tienda
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# Yuniel 23-03-2020 12:29
Aca en Punta Alegre, Ciego de Ávlia, con respecto a los productos de primera nececidad todo un verdadero desastre . Desde la escacéz de combustible estos productos se estaban regulando por la libreta que se sabe que son liberedos pero se hacía de esta forma para regularlo un poco más, bueno en este mes pasó todo lo contrario lo vendiron liberado, las personas compraban hasta tres veces, es decir repetían, en una sola casa compraban hasta tres o cuatro personas de la misma casa. La mayaoría del pueblo no cogió y solo trajo esta nueva medida riñas y aglomeraciones de personas irresponzables para mi, ya que en ese tumulto ninguno andaban con el nasobuco aunque aquí no se han reportado caso de covid 19. Yo en lo personal le pido al gobierno y al partido que analicen la situación que tiene el país y estos productos que son de primera necesidad como el javón, deterjente ect se venda por nucleo en la bodega. Así cada cual sabe que tiene aunque sea un javón de baño, uno de lavar, un tuvo de pasta. valoren esta propueta así evitamos las aglomeraciones que en estos tiempos de coronaviros no nos conviene y almenos los de menos posibilidades tenemos algo seguro. Salu2 Yuniel Pérez García
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# JDC 24-03-2020 09:29
Muy buen material, felicidades periodista por tratar un tema de primer orden por estos días.
Pienso que las administraciones de las tiendas deben ser más creativas y buscar soluciones, la solución de la venta por la libreta es súper pero finalmente hemos pedido a gritos esta posibilidad y no ha sido posible en lo que llega las administraciones pueden hacer acciones que lleven a la satisfacción del cliente en tiempos de colas. El otro día por la tele vi que en la habana las compañeras de las tiendas repartían tiques de entrada, aquí y en Cuba las coleras controlan las colas y la modalidad últimamente es marcar ya no para dos o tres personas que sería lo normal, siempre tenemos una prima, hermana o compañera de trabajo, pero para 10 personas y hasta para quince ya eso es demasiado, he marcado y cuando aparece alguien así, si hago el 12 en la cola llego hacer el 50, eso da cobertura a todo lo que se puede hacer y luego revender. Pienso, es una idea que pudiera ayudar, las tienda hacer 100 números y repartirlos en el momento que llega el producto para que no dé tiempo a que las colas se reorganicen, se le entrega al que esté en esos momentos, el que quiera repetir la cola tiene que esperar después del 100 que se vuelvan a repartir uno por personas, creo así se controlará mejor porque la verdad que las personas trabajadoras no tenemos posibilidades de alcanzar los productos y si hacemos cola vemos que suceden cosas como estas.
Katia felicidades una vez más por este material. Cubanos cuidémonos. Gracias.
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# Lima 26-03-2020 13:14
Muy buen articulo. Analicemos en poco la situación. Los revendedores proliferan y como la periodista plantea delante dela policía y no pasa nada, lo primero para poner fin a esto es que acabe de actuar la policía. Lo segundo que todos lo producto deficitarios de primera necesidad sean de aseo o alimentos, se entreguen en ls bodega y carniceris controlados por la libreta.! Ah que no hay a la vez para todos, que planifiquen las distribuciones y todos accederemos gradualmente a esos recursos. Estamos en tiempo delicados agravados por la Pandemia que asola al mundo, si las autoridades no organizan esto de esta forma los inescrupulosos se harán ricos con las desgracias, no esperemos al actuar de la policía porque este es nulo en ese sentido.
En el dia de hoy que comenzaron a repartir de esta forma en la bodega que compro pude por primrra vez comprar jabon de lavar ese es un ejemplo d e que si se puede organizar la distribución, que es necesario que ewstos productos de alimentos y aseo no se distribuyan en las cadenas
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