Con beneplácito por el cumplimiento del deber, un grupo de jóvenes sargentos y soldados emplazados en unidades de la Región Militar Ciego de Ávila culminaron el Servicio Militar Activo (SMA), aunque ahora, en su paso a la Reserva, mantienen latente el texto constitucional que refrenda que “la defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano”.
Terminan así una etapa de sus vidas en las que, aparte del rigor de la vida militar, pudieron crear nuevas amistades, además de forjarse el carácter en la disciplina y otros valores.
Así lo manifestaron a la prensa los soldados Yoale Marrero Ponce y Ernesto Iglesias García, ambos compañeros de servicio en la Región Militar de Ciego de Ávila durante estos 13 últimos meses.
• Lea también: Llamado a servicio
Además recordaron otras labores emprendidas en medio de la difícil situación epidemiológica a causa de la COVID-19 por la que atravesó el territorio como la descarga y conformación de módulos de ayuda humanitaria donados por países solidarios con Cuba, el embellecimiento de los barrios de la localidad así como ayudar en la reparación constructiva de un consultorio médico cercano.
• Le puede interesar: Un año de servicio militar
Los jóvenes vivieron situaciones excepcionales con la pandemia, la preocupación constante por la salud de ellos, la familia y los amigos, pero supieron sobreponerse a todos los obstáculos y para emprender próximamente una carrera universitaria: Yoale en la Medicina y Ernesto en la Ingeniería Automática.
En el acto de licenciamiento, presidido por el coronel Rafael Santana Media Ceja, jefe de Operaciones de la Región Militar Ciego de Ávila, se conmemoró el aniversario 62 de la explosión del vapor francés La Coubre en el puerto de La Habana, tras el cual en el sepelio de las víctimas del sabotaje terrorista, el líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz expresara por vez primera la consigna de ¡Patria o Muerte!