Como adjetivo, el término capital también le sirve a La Habana. El significado de “esencial” está siendo inherente al curso de una epidemia que muestra una tendencia favorable en el país donde La Habana, sin embargo, no parece “la capital de todos los cubanos”.
Esta última semana lo demuestra.
Si tomamos las cifras de los casos activos y las altas de Cuba, veremos que desde el 23 de abril la brecha viene estrechándose. Los activos fueron reduciéndose de 806 hasta 753, este 2 de mayo (-53), mientras que las altas fueron creciendo de 525 a 827 (+302).
Hoy, por primera vez, Cuba exhibe su saldo positivo: 827 pacientes recuperados y 753 hospitalizados. Y ni sumando a esa última cuenta las lamentables 67 muertes —en el hipotético y feliz caso de que hubiesen podido salvarse— la cifra de ingresados rebasaría la de los cubanos que ya están en casa.
Para la capital el escenario se dibuja diferente. A pesar de que la cantidad de altas por provincias no es un dato que se maneje en el parte del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) o aparezca graficado en Covid19cubadata, (lo cual permitiría evaluar con justeza), los reportes diarios dejan en la capital el mayor por ciento de confirmados. La Habana crece aceleradamente. En los tres días más recientes registra el 80.5, el 86 y 94.8 por ciento del total de casos. Y de los últimos 15, solo en tres ocasiones ha representado menos de la mitad de los positivos de la Isla. Normalmente supera con amplitud ese porcentaje.
Ni siquiera pudiera hablarse de un factor demográfico, en primer lugar, porque hoy La Habana tiene el 47 por ciento de los casos con poco más de dos millones de habitantes y Santiago de Cuba y Holguín, ciudades con más de un millón, no se acercan ni a la mitad de lo que acumula la occidental provincia. Santiago aparece con el 2,9 por ciento de los casos y Holguín con el 5,4.
Siguiendo la lógica demográfica si duplicáramos la cantidad de habitantes (y casos) de esos dos territorios orientales, podríamos compararlos, entonces, con la capital. Pues incluso así la diferencia sigue siendo abismal.
Quizás la cantidad de test que se realiza pudiera sugerirnos que, al ser mayoría en los laboratorios capitalinos, la mayoría, por ende, se detecta allí; pero todos sabemos que el eslabón de mayor peso en las cadenas de contagio sigue siendo la conducta.
Hoy, por ejemplo, 12 de los 36 confirmados habaneros tienen menos de 13 años y si observamos los casos de ese rango de edad, podremos notar que en el total de 41 menores aparecen niños con 29 contactos. ¿Demasiado, no?
El recién evento de trasmisión en un centro para deambulantes deja también su triste lectura con 84 contagiados y dos fallecidos hasta el momento. Ante el lamentable suceso, el parte de hoy especificaba, por ejemplo, “marcado deterioro físico y nutricional”, un factor que suele estar presente en personas con ese tipo de conductas y pudiera agravar el peligro.
No obstante, el hecho de ya estén de alta 26 de los 44 adultos mayores contagiados en el evento del Hogar de Ancianos de Santa Clara, habla de una atención esmerada que ni con tales garantías debiéramos desafiar.
Ojalá que La Habana lo entienda.
Habrá que aprender a convivir con el virus.
Si te encierras en casa de por siempre no te contagiaras pero morirás de hambre.
Ahora
Lo primero es controlar la Pandemia.Pesquisar,hacer tes y aislar son excelentes medidas.
Pero hay que crear las condiciones para la nueva normalidad y parte esencial es educar a la población.
El turista buscará lugares seguros sanitariamente.No se puede renunciar a nuestra locomotora económica
Brmh