Después de seis días de ingreso en el Hospital Provincial Nguyen Van Troi y un PCR negativo, Ivaldo Ulloa Castillo pensaba que el regreso a casa sería sinónimo de normalidad. Chocar de bruces con una cuarentena no estaba en sus planes, aunque para ser exactos nunca se está preparado para vivir al límite.
Precisamente esta frase ha definido su rutina desde el 11 de abril cuando en la zona de Micro 1 y Limpios Grandes, en el municipio de Florencia, se declaró la cuarentena y saltaron al radar de atención nacional por el detonante de una fiesta, que después resultó ser una comida familiar, pero hizo pagar a justos por pecadores en aquellos lares al informarse en una sola jornada la aparición de 11 casos positivos a la Covid-19.
A estas alturas tienen otra vez la primicia, pero por la buena nueva de que llegó el fin del confinamiento, aunque el aislamiento social será una condición permanente para continuar descendiendo la curva que implica la lucha contra esta enfermedad.
Pero como Ivaldo son muchos los que piensan que una batalla ganada sirve para asegurar el triunfo y en lo adelante todo será más fácil porque los florencianos han aprendido por las malas lo que significa el riesgo epidemiológico y el distanciamiento físico. Así lo confirma Yenni Pérez Carvajal, presidente del Consejo de Defensa Municipal al reconocer la disciplina y comprensión del pueblo que cumplió con todo lo indicado y esperó en casa.
La lista de acciones emprendidas para mantener la vitalidad en estas zonas habla de servicio a domicilio para personas vulnerables, de la habilitación de un punto de farmacia, de garantizar la higienización semanal, el abasto de agua, la pesquisa activa al ciento por ciento de los habitantes y de más de cuarenta personas que día y noche permanecieron en zona roja para velar el aseguramiento de cada una de las tareas, a contrapelo incluso de sus propias vulnerabilidades.
Solo así puede comprenderse el éxito de esta cuarentena, que a su vez es punto de partida para cuestionar por qué después de un mes de haberse decretado idéntica medida, ante un evento de transmisión local, en Turiguanó siguen apareciendo positivos.
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Al corte de la cinta amarilla que delimitaba el terreno y el tránsito sobrevino el aplauso, los vítores, la alegría compartida, la entrega de más de veinte reconocimientos a quienes se destacaron en el enfrentamiento a la pandemia y la exhortación hecha por Carlos Luis Garrido, presidente del Consejo de Defensa Provincial, a no bajar la guardia ni confiarnos porque el peligro todavía no termina.