Aires de renovación en comunidad de Ciego de Ávila

El trabajo comunitario integrado toma impulso para solucionar los principales problemas identificados por los pobladores de comunidades vulnerables del municipio de Baraguá.

La iniciativa del colectivo de la Empresa Provincial de Abastecimiento y Servicios a la Educación (EPASE) de cambiar sus actividades de los sábados laborables por otras en función de solucionar necesidades acumuladas en las localidades vulnerables de Ciego de Ávila, tiene mucho mérito no solo por la renuncia a mayores beneficios económicos, sino también por su espíritu transformador de la vida de esos lugares.

En la comunidad de El Frutero, del municipio de Baraguá, el sábado 12 de marzo se amaneció con un ajetreo no acostumbrado, a favor de transformar la realidad para bien. Al compás de las brigadas de constructores, entre resanes de paredes, movimientos de brochas de pintura, incluso poniendo baldosas en los arreglos de la escuelita, el Consultorio de Médico y la Enfermera de la Familia, la plaza para las actividades culturales, las paradas del transporte, la bodega, entre otros, se sumó el pueblo como protagonista activo de una obra de la cual es su beneficiario principal.

Tomando un alto en la verificación de las acciones constructivas en la escuela primaria Frank País García, Michel Pérez de la Cruz, director de la construcción en la EPASE avileña y al frente de la brigada de unos 60 trabajadores, conversa con Invasor acerca de cada uno de los elementos donde dan su aporte.

“Aquí en la escuela estamos pintando las áreas exteriores, se está creando el busto de José Martí, estamos conformando el área de formación de los alumnos en los matutinos y junto con ello la plataforma”.

Añade el joven directivo que una de las razones de la entidad para ofrecer su disposición al Gobierno y al Partido de favorecer con sus recursos y medios a aquellos rincones de la geografía avileña, es la de sentirse útiles emprendiendo la tarea.

Desde semanas atrás arrancaron las acciones de reparación y mantenimiento en las comunidades vulnerables, que realizarán en sábados alternos, “que iniciamos por Liborio, en Bolivia, donde acometimos varias obras de mejora de infraestructuras. Próximamente tenemos planificado ir a Trucutú, en Primero de Enero, y allí donde nos necesiten”.

Las labores se desarrollan con un enfoque altruista, pues no cobran la mano de obra, solo el costo de los materiales, sin aplicarle el margen comercial establecido y demás impuestos.

Pero este contingente no es el único que acomete acciones transformadoras en El Frutero. Desde hace 15 días se han sumado varios obreros de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Ingeniería Agropecuaria y Aseguramiento, de la Empresa Agropecuaria Integral Ciego de Ávila.

Durante estas jornadas, sobre todo, han sentando las bases de lo que será uno futuro local para los maestros del centro estudiantil, dice Ermedisio Nápoles Frómeta, al frente de la UEB; y a la vez enumera otras actividades a tener en cuenta en los próximos días, que van desde la construcción de la meseta del consultorio, subsanar las filtraciones del techo de la tienda, hasta comenzar a pintar las fachadas de las casas de la calle principal.

“Aquí, además de poner nuestra fuerza de trabajo, contribuimos con los áridos y el cemento; recursos como bloques y cabillas no los tenemos y Educación los pone”, explica Nápoles Frómeta. Asimismo, resalta la buena acogida ofrecida y la cooperación dada por el pueblo en sentido general.

No podía ser de otra manera cuando Yanely Martínez Pérez, directora de la escuela primaria, afirma que el centro docente no se reparaba desde hacía cinco años, y requiere otro baño, que ahora será construido, ante el crecimiento de la matrícula, en la actualidad de 85 educandos.

La comunidad El Frutero, perteneciente al Consejo Popular Pesquería del municipio de Baraguá, amaneció este sábado a...

Posted by Periódico Invasor on Saturday, March 12, 2022

El objetivo es que las obras se reviertan en calidad y satisfacción para el desarrollo del curso escolar, no será lo mismo que los especialistas dispongan de su propia oficina, se puedan efectuar matutinos, ni que en días de lluvia los zapatos no se ensucien tanto como antes.

Más allá de lo visible, Arasay Carvajal Figueredo, presidenta del consejo popular Pesquería, manifiesta que todavía es imprescindible profundizar más la participación popular, aunque se han realizado trabajos voluntarios, mensajería a personas vulnerables, han estado más integradas las organizaciones de masas y los demás factores de la comunidad. “Hay que darle un seguimiento a las tareas para mantener la constancia, eso el pueblo lo agradece”.

Es que el trabajo comunitario debe entronizarse como lo que realmente es: un método de trabajo que refuerza la democracia socialista, con la participación desde la base en la identificación y solución de los problemas, a través de la persistencia y no de acciones puntuales diseñadas para cumplir con determinado encargo, que luego se olvida su seguimiento al frío de la monotonía.

Lo que quieren varios residentes de El Frutero entrevistados por Invasor es que no se olviden de ellos, que se resuelvan asuntos añejados de amplio interés, como una transformación favorable de los viales y del servicio de acueducto, intermitente y que no llega a todas las casas.

También en la mejora del fondo habitacional se precisa incidir más, al encontrarse la mayoría en categoría de regular o mal estado. Por lo pronto en esta localidad rural se han otorgado 17 subsidios a familias vulnerables, comenta Fernando Jorge Traba, técnico de la Vivienda en el consejo popular Pesquería. Para que madres solteras, por ejemplo, como Maidolys Rodríguez Reyes, vivan en un domicilio con más dignidad.

A esos y otros frentes se han estado dirigiendo los esfuerzos del gobierno de Baraguá, comenta a Invasor Osmany Vicente Quintana, intendente municipal. Hasta el lugar fueron los técnicos de Planificación Física y de la Vivienda, para iniciar los trabajos de contabilización del total de las viviendas y la legalización de aquellas que lo requieran, y que las personas no tuviesen que trasladarse a las oficinas de la cabecera municipal. Una labor que marcha por buen camino en la comunidad de La Clementina.

A principios de año la Asamblea Municipal del Poder Popular aprobó un presupuesto que asciende a tres millones 400 000 pesos para la atención a las comunidades vulnerables. Unos 17 pequeños poblados del territorio recibirán este positivo impacto durante 2022, para darle solución a 32 planteamientos históricos, señala el funcionario.

 joven pintando

Por lo pronto, entre las acciones inmediatas de mayor importancia, añade Vicente Quintana que a partir de abril comenzarán las labores de construcción del nuevo acueducto de El Frutero, que dará estabilidad y acceso a este servicio básico a los hogares.

Las valoraciones del Intendente sobre la aplicación del trabajo comunitario resultan muy positivas, porque les ha permitido crear un sistema de atención que la población agradece por ser mucho más cercano a sus realidades cotidianas, y ayudado en la detección conjunta de los problemas y en su solución inmediata. “Eso ha creado en las comunidades un ambiente de transformación, de bienestar, la gente se siente más a gusto en los lugares”.

Aunque avanzar constituye una premisa, 2022 inició a un paso satisfactorio en estas acciones en sitios vulnerables de Baraguá, pues hasta el primer trimestre se planificó favorecer a cuatro, cuando en la práctica serán seis; un adelanto en el cronograma que el Intendente dice ha sido posible con la participación de las empresas involucradas.

Caminas por la calle principal en dirección al campo de pelota, y quedan atrás el jolgorio de la música, los sonidos de los niños divirtiéndose con la asistencia de instructores de arte, del Proyecto Cultural Más, de la Escuela Pedagógica Raúl Corrales Fornos, y de los mayores trabajando en el centro del pequeñísimo poblado.

Allí, Wilfredo Alfonso Viamontes, dependiente de almacén en la EPASE, y sus compañeros limpiaron la basura del terreno y sus alrededores, que será escenario de un juego de softbol al finalizar la jornada laboral entre un equipo de la entidad y otro de los residentes de El Frutero. Ni el día anterior descargando materiales para el almacén hasta bien tarde le impidió participar en este convite sabatino. La fraterna competencia vendría a ser una especie de ritual conclusivo, inaugurado con la gente de Liborio en Bolivia, para reforzar lazos.

“No tengo entendido que otra empresa en Ciego de Ávila realice estos trabajos voluntarios dos veces al mes como nosotros, además, lo hacemos con satisfacción donde quiera que nos necesiten”, me lo dice pensando en la trascendencia social de las obras, del placer de servir, pero también de convertirse con ello en mejores personas.


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