Moldavia parece vivir hoy un golpe de Estado constitucional, a juzgar por una declaración aprobada por su Parlamento que proclamó la condición de país ocupado, tras la acciones del Tribunal Constitucional (TC).
La víspera, el TC se tomó la atribución de declarar anticonstitucional a la nueva mayoría formada en el legislativo entre los socialistas y el bloque ACUM, así como la elección de su nueva presidenta Zinaida Greceanii.
Ya en esta jornada, el referido órgano suspendió temporalmente las prerrogativas del jefe de Estado, Igor Dodon, para después otorgar, también de forma temporal, las atribuciones presidenciales al primer ministro interino, Pavel Filip.
La maniobra, como lo admite públicamente el TC, se realiza para que el jefe de Gobierno en funciones pueda declarar la disolución del Parlamento y la convocatoria a elecciones anticipadas.
Filip, en abierta usurpación del cargo presidencial, firmó un decreto para disolver el legislativo.
El golpe de Estado constitucional radica en que todas las acciones desestimadas y consideradas por el TC como ilegales son, en realidad, lo que estipula la actual Carta Magna.
Las elecciones parlamentarias del pasado 24 de febrero dejaron al Partido Socialista de Moldavia como la agrupación más votada, con 35 escaños de 101, mientras el gobernante Partido Democrático perdía terreno y quedaba con 30 asientos.
El bloque ACUM, de tendencia europeísta y de derecha, acumuló 26 plazas en la nueva legislatura. Ni los socialistas ni el ACUM estuvieron de acuerdo en crear una coalición con los demócratas para formar una mayoría, que requería un mínimo de 51 diputados.
Tras casi cuatro meses de gobierno interino, los demócratas vieron amenazadas sus aspiraciones de seguir en el poder con la creación de una nueva mayoría, lo cual pudo ser la señal para iniciar acciones totalmente ilegales, con la complicidad del TC.
Dodon convocó una reunión con los embajadores de Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea en Chisinau para denunciar las acciones de desestabilización que preparaban los seguidores de Filip.
Medios de prensa comentan que en los comicios de febrero último se introdujeron novedades, como eliminar el día de silencio para la campaña electoral en vísperas de los comicios, y la vuelta al sistema de lista de partidos y distritos de un solo mandato.
Pero nada de eso ayudó a los demócratas a vencer en las elecciones para poder mantenerse en el poder.
Ahora la opción es, en violación de todo lo establecido, apoyarse en el TC para evitar la llegada al poder de una alianza encabezada por los socialistas y tratar de intentarlo mejor en las urnas para evitar la repetición de los resultados de febrero.