El influyente diario The New York Times estima hoy que el presidente norteamericano, Donald Trump, se convirtió en un observador más que en el líder de un país amenazado por la pandemia de la COVID-19.
El rotativo, en un artículo que publica este viernes, señala que mientras enfrenta la crisis más seria de su mandato, Trump es firme en el cierre de las fronteras a muchos forasteros, una de sus políticas favoritas, pero mientras se propaga el virus en el país es “más seguidor que líder”.
Trump se convirtió esencialmente en un espectador cuando ya los superintendentes escolares, los comisionados deportivos, los presidentes de universidades, los gobernadores y los propietarios de empresas de todo el país se encargan de cerrar gran parte de la vida estadounidense sin una orientación clara del presidente, precisa el medio.
La incompetencia del mandatario fue motivo de duras críticas sobre su gestión y más aún para enfrentar la crisis que se abate sobre el país y que pudiera descarrilar sus aspiraciones para reelegirse en noviembre próximo.
La situación se torna más sombría cuando funcionarios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y expertos en epidemias de universidades de todo el mundo lanzan pronósticos alarmantes sobre la extensión del flagelo que se expande hoy por el mundo.
Según el Times, los pronósticos de expansión del nuevo coronavirus traducidas a números absolutos por expertos independientes indican que en el peor de los casos las cifras de afectados serían asombrosas si no se tomaran medidas para frenar la transmisión.
Según una proyección, entre 160 y 214 millones de estadounidenses podrían ser infectadas en el curso de la epidemia. Eso podría durar meses o incluso más de un año, con infecciones concentradas en períodos más cortos, escalonadas en el tiempo en diferentes comunidades, alertaron los expertos.
Ese pronóstico indica que hasta 200 000 a 1,7 millones de personas podrían morir, mientras Trump muestra incompetencia y no actúa como el líder que esperan sus compatriotas, uno de los elementos claves que pesará en su continuidad en el gobierno, según expertos.
Además, subraya el Times, los cálculos basados en los escenarios de la CDC sugieren que entre 2,4 y 21 millones de personas en el país podrían necesitar hospitalización, lo que podría destruir el sistema médico, que solo cuenta con unas 925 000 camas de hospital.
Mientras tanto, la Casa Blanca durante semanas se resistió a decir a los estadounidenses que cancelaran o se mantuvieran alejados de las grandes reuniones, reticente incluso el jueves a cancelar los propios mítines de campaña de Trump, aunque este reconoció a regañadientes que probablemente tendría que hacerlo, señala el diario neoyorquino.
Como parte de sus fallas, el presidente no se cansó de repetir que la crisis no era tan grave como muchos se imaginan. “En comparación con otros lugares, estamos en muy buena forma“, dijo, “y queremos seguir así”.
Al respecto de lo que no hace Trump, Rod Dreher, editor del sitio web de The American Conservative, escribió luego del discurso de Trump al país. “Vimos esta noche que incluso cuando Trump trata de comportarse lo mejor posible, no tiene mucha idea de la naturaleza de la crisis, o de cómo se puede combatir mejor”.