Como si Fidel volviera hoy en Ciego de Ávila

Tan duro como el 25 de noviembre (día de 2016 en que Fidel falleció) se torna cada 1ro. de diciembre para los avileños.

Concentradas desde bien temprano en la mañana a todo lo largo de la carretera central, desde los límites con Sancti-Spíritus hasta las fronteras con Camagüey, miles y miles de personas aguardaban ese primer día del último mes la llegada de una caravana en la que, tan victorioso como siempre, venía el Comandante en Jefe, más agigantado aún, en inmortales cenizas.

Aproximadamente veinte minutos después del mediodía, el cortejo asomó luces por la cresta de los mismos elevados que el 5 de enero de 1959 Fidel había subido y bajado, en dirección contraria, rumbo a La Habana, en la triunfante Caravana de la Libertad.

Aunque lento, el paso a todos nos pareció tan rápido… Pero ahí nos llegaba él, como saludando, como despidiéndose, como estrechando la mano de niños, jóvenes, mujeres y hombres.

Qué deferencia la suya: venir hasta cada uno de nosotros, a lo largo de trece provincias, en un periplo que remontó los mil kilómetros.

Fue mi lente testigo de lágrimas, de la tristeza bañando semblantes, de frentes y mejillas con tres palabras cargadas de eternidad: “Yo soy Fidel”, así como de afiches, consignas y carteles girando en torno a un mismo rostro, a un mismo y único hombre... desde un también único y excepcional pueblo.

Fidel Castro en Ciego de Ávila


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