Pese a situaciones adversas, la Empresa de Recuperación de Materias Primas de Ciego de Ávila (ERMPCA) muestra indicadores económicos favorables
Aunque a la altura del mes de mayo a los directivos de la Empresa de Recuperación de Materias Primas de Ciego de Ávila (ERMPCA) no se les haya informado con certeza cuál es el plan real para los 12 meses de 2021, lo cierto es que van a buen ritmo, si se toma como referente los nueve millones de pesos concebidos para el período anual anterior.
“En 2020 hicimos casi 11 millones, con eficiencia, utilidades y buena salud financiera. Cerramos el año sin cuentas pendientes por cobrar o pagar”, explica su director Manuel Rieche González, quien, a su vez, asegura que el resultado es “un reconocimiento al esfuerzo de los trabajadores y cuadros.”
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Cuando Manuel se refiere a los números reconoce que “resulta prematuro hablar de algunos indicadores de forma acabada, porque todavía hay elementos vinculados a la economía que están en proceso de ajustes” como parte de la Tarea Ordenamiento.
En la ERMPCA se continúa trabajando en 15 renglones fundamentales, que van desde acero, cristalería, aluminio, cobre, bronce y plomo, hasta cartón, plástico o desperdicio textil, lo que le ha permitido insertarse no solo en la economía interna, sino en el mundo de la exportación.
“Promediamos tres millones de pesos mensuales para la exportación, lo que se traduce entre 40 y 50 toneladas, y mantenemos ese ritmo, permitiéndonos recuperar las divisas para las operaciones financieras de la empresa”, explica.
Manuel Rieche sabe que con poco se puede producir mucho
En medio de tantas limitaciones, se logró cerrar el primer trimestre del año con 5,5 millones de pesos en utilidades y se dispondrá de un nivel financiero para su distribución. Se va a asignar un 30 por ciento de las utilidades a los trabajadores y hay otra cantidad del año anterior que también se les dará.
“La máxima es agregarles valor a los productos”, testifica desde su nave Ernesto Rodríguez García, quien desde hace dos años se encarga de desmantelar la chatarra electrónica para reusar el oro, la plata y el aluminio de placas y otros dispositivos, acción que genera entre 50 000 y 60 000 pesos anuales a la ERMPCA.
A través de un financiamiento en Moneda Libremente Convertible se pudo adquirir equipos para mejorar técnicamente la entidad, vestuario, calzado y equipos de protección para los trabajadores, en medio de una compleja situación internacional agravada por la presencia de la COVID-19.
“Para paliar esta situación, incrementamos las compras móviles en los barrios y eso, en gran medida, nos permite alcanzar indicadores promedio de tres millones de pesos mensuales por concepto de exportaciones y de cinco millones y medio en utilidades”, continúa Rieche González.
Ante un contexto adverso que incluye unidades empresariales de base cerradas, zonas con poco acceso para recoger la materia prima y una cayería norte limitada por mucho tiempo, se repensó el esquema de trabajo, que permitió ahorrar recursos materiales y financieros e incrementar la productividad. Aun así, precisa Manuel, “creemos que todavía quedan muchas reservas por explotar”.