Agricultura: ¿pronósticos reservados o reservas sin pronosticar?

No será hasta febrero que la Agricultura en Ciego de Ávila ponga todas las cifras “sobre la mesa”, pero aún sin su balance anual, desde ya pudiera irse “estimando” lo que fue el 2020 para ese sector en el territorio

Aunque aún el cierre de año no se indexa a las estadísticas oficiales, de los pronósticos que se le sembraron a la Agricultura en el 2020 ya pudieran irse sacando algunas cuentas que les marchitarían los planes a quienes hablan de soberanía alimentaria como si se tratara de una conquista a filo de guataca, y ya las tuviéramos todas… y hasta limas, por si hiciera falta limar alguna aspereza.

Pero sucede que el entusiasmo no hace brotar lechugas de un cantero, que vendría siendo uno de los cultivos que más rápido se llevan a la mesa (menos de un mes). Y sucede, también, que una vez dada la orden y comprendida la necesidad de sembrar, se necesitan semillas adecuadas, riego, buena tierra, fertilizantes o medios biológicos, conocimientos… apenas lo indispensable para que las cifras puedan digerirse sin que sepan a metáfora.

En Ciego de Ávila las cifras no se comen, pero se digieren.

Más o menos así lo explicaba Invasor a mediados de año, cuando la realidad dejaba en entredicho cualquier júbilo y la mayor campaña de primavera de la provincia germinaba con el peor de los estimados. Entonces dijimos que más tierra no era igual a más comida, pues los rendimientos habían caído, como promedio, casi a la mitad de sus historiales. El crecimiento de 3 000 hectáreas en solo tres años no hacía crecer en iguales proporciones los frutos. Por el contrario.

El delegado de la Agricultura en el territorio, Orlando Pérez Pedreira, lo ilustraba: “el boniato, que antes rendía entre 15 y 16 toneladas por hectárea (t/ha), ahora debe aportar unas ocho. El plátano se calcula sobre las 15 y rondaba las 50. La yuca podría descender de 15 a ocho. El arroz, de 4,2 desciende a 2,1”.

Para colmo de males, esa campaña primaveral estuvo antecedida, obviamente, por la de frío, un período que en su momento más crítico llegó a tener solo el 19 por ciento del combustible que necesitaba y, en consecuencia, la etapa estival terminó rondando el 60 por ciento de lo que debía plantarse.

• Puede interesarle también: Agricultura marchita.

No habría que ser ducho para entenderlo: un suelo desprovisto de semillas, por falta de combustible, y de fertilizantes, por tensiones financieras, da dos cosas: o nada, o pérdidas. Y esa era la imagen de casi la mitad de las tierras cultivables que debían estar listas en febrero de 2020.

Cuando la primavera entró en marzo ya se cosechaban demasiadas incertidumbres y, si bien el crecimiento horizontal fue un hecho, las libras distribuidas por Acopio nos permitirían entender que de las hectáreas a las toneladas, a las libras y a la mesa, hay una cadena que, a veces, o parece muy larga o se nos enreda.

Siembra de fríoPastor Batista La campaña de frío, que debe terminar su siembra en febrero, ya en diciembre iba cumpliendo sus pronósticos

Mirando sus eslabones podríamos percatarnos de que el mejor trimestre de 2019 (julio, agosto y septiembre), comparado con el mejor de 2020, muestra un crecimiento apenas visible. En el primero, la distribución de Acopio equivalió a unas ocho libras por persona, cada mes. Para el trimestre de 2020 esa cifra fue de 10. Y dos libras son un “salto” imperceptible para la población avileña que, dicho sea de paso, no se alimenta solo con lo que Acopio comercializa. Del mismo modo que Ciego de Ávila tampoco cosecha solo para sí misma.

• Lea aquí: Acopio, comidilla y libras de más.

A los cálculos de la placita no van las libras de la oferta y la demanda que circulan por carretillas, tarimas de cuentapropistas o salen de patios y parcelas; no van las frutas que la Agroindustrial Ceballos hizo pulpa y exportó, ni los productos que llevan las formas productivas a la cayería norte. De ahí que juzgar los resultados de la Agricultura, solo por lo que llevamos a nuestra jaba, es tan lógico como ilógico… depende de las variables que se quieran echar al saco.

El ejemplo que quizás mejor lo ilustre es el avícola, porque aquí las gallinas siguen siendo las de mejor convertibilidad, las que más pienso logran convertir en huevo, las que sobrecumplen planes y tienen puestas millonarias; y a pesar de ello no se incrementa la canasta básica y mucho menos se adquiere huevo liberado. El llamado balance nacional viene a ser la clara evidencia de lo equitativo de la distribución hacia otras provincias.

Avicultura en Ciego de ÁvilaAlejandro García Las gallinas avileñas lucen “excedidas” en medio de un adverso panorama nacional, pero el exceso no se come en Ciego de Ávila

No podríamos decir lo mismo, por ejemplo, del cerdo, cuya producción fue inversamente proporcional a sus precios en el mercado informal, y aunque pronto tendremos datos certeros de toneladas y planes, la semana pasada el director de la Empresa Cárnica se horrorizaba con lo pírrico de la entrega del porcino y concluía que a ese ritmo tendría que cerrar dos de sus industrias.

Para la ganadería, el año podría haber sido menos traumático, si bien dos indicadores podrían poner en duda el cotejo de males: la entrega de leche quedó en unos 250 000 litros por debajo de lo previsto y los nacimientos siguen rondando el 50 por ciento. Que solo salgan terneros de poco más de la mitad de las vacas nos dice que, al mismo tiempo que pudieran estarse cumpliendo indicadores de natalidad, se ralentiza cualquier crecimiento de leche… y de carne.

Ganadería en Ciego de ÁvilaPastor Batista A la ganadería le va quedando mucho terreno por conquistar, aunque un convenio de producción cooperada, en Ruta Invasora, muestra ya el despegue

Tras un 2020 cuyo PIB en Cuba decreció un 11 por ciento —y sin obviar que el crecimiento en los últimos 10 años se ha comportado entre un 0,5 y un 3,0 por cientos—, pedirle saltos productivos a la Agricultura sería más utópico que exigirle las peras al olmo. Amén de las ineficiencias y de no desatar con demasiada fuerza, quizás, los nudos de las fuerzas productivas, fue un año dificilísimo, en el que uno no podría definir con claridad en qué medida los pronósticos estuvieron (y están) reservados, o quedan reservas sin pronosticar. O ambos.


Comentarios  
# El justiciero 14-01-2021 09:45
A pesar de que el articulo da muchas vueltas para decir que no hay comida, me ha gustado que se atreva a decirlo, esto demuestra una vez más que el sistema económico que se empecina por llevar a cabo el gobierno de Cuba es un fracaso, aunado a las nuevas medidas en un momento no indicado, la producción de un país no debe estar en manos del estado, es la empresa privada la que hace que un pais surja y sea prospero, cuando existe competencia hay mejor calidad y menor precio, a eso se le llama la ley de la oferta y la demanda, cuando hay mucha oferta la demanda baja, por tanto bajan los precios, no es el estado quien debe poner los precios, porque se fomenta el mercado negro, es la productividad de la inversión privada, cuando seremos capaz de verlo, si entras a un Mc Donals puedes comer en los baños de la limpieza que hay, esto pasa porque es privado, ellos elevan la calidad para atraer al cliente y así todos lo harán
Responder | Responder con una citación | Citar
Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar