La industria azucarera avileña y el cuidado de las aguas

Con el propósito de minimizar el impacto de los residuales líquidos de la industria azucarera sobre asentamientos humanos y ecosistemas, además de darles un aprovechamiento potencial para el riego de plantaciones de caña, se ejecutan en Ciego de Ávila varios proyectos.

Jorge Félix Martín Iglesias, director de Desarrollo e inversiones de la Empresa Azucarera Ciego de Ávila, declaró a Invasor que durante 2019 y hasta febrero próximo deben resolverse cinco de los seis principales focos contaminantes del sector existentes en toda la provincia.

“Durante este año el presupuesto planificado para la actividad fue de 343 000.00 pesos, de los cuales hasta la fecha se ejecutaron 84 000.00, la diferencia se encuentra principalmente en la adquisición de bombas que ya arribaron al país y llegarán al territorio avileño a finales de noviembre.”

• Tiempo atrás Invasor realizó una investigación sobre la calidad de las aguas en Ciego de Ávila.

Martín Iglesias comentó que con ese equipamiento se le dará solución a las aguas residuales de los centrales Primero de Enero y Enrique Varona, así como también al de la destilería asociada a este último ubicada en la localidad de Falla.

Agregó que actualmente está alistado el residual de Ciro Redondo para el inicio de la zafra azucarera, mientras que brigadas constructoras de la empresa Azutecnia trabajan en similar sistema de tratamiento de Primero de Enero, para, una vez concluido, pasar al del central chambero, previsto a terminarse para el año próximo.

“También fuerzas de la Empresa Azucarera y del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de la provincia, de conjunto, trabajan en las ideas conceptuales para lograr la separación de las aguas residuales del central Ecuador, en Baraguá, de las albañales del pueblo, problema que persiste desde la construcción del ingenio en 1916.”

La Norma Cubana NC 27: 2012 Vertimiento de aguas residuales a las aguas terrestres y al alcantarillado. Especificaciones, establece que no se deben unir los residuales albañales con los industriales.

“En el caso del foco contaminante de la Fábrica de Levadura de Torulas Alfredo R. Pérez, aledaña al central Ciro Redondo, su solución debe llegar para el 2022, así fue conciliado con Planificación Física Provincial y la delegación provincial del Citma (Ministerio de Ciencia Tecnologia y Medio Ambiente); estos residuales son muy agresivos, por ello se requiere de un equipamiento de membrana para reducir mucho más la carga nociva al medio ambiente; además, esas aguas se unirán a las del central para recibir tratamiento en la laguna de oxidación.”

El proceso inversionista para solucionar la contaminación hídrica vinculada a la industria azucarera en Ciego de Ávila comenzó en 2014, del año siguiente al actual se invirtieron aquí por ese concepto 4 millones 454 000.00 pesos. En tal sentido, señaló que el Grupo Azucarero Azcuba siempre ha respetado los planes de financiamiento propuestos para la tarea en la provincia.

“La empresa Geocuba realiza la caracterización de las aguas residuales tres veces al año, lo cual nos da la medida de la mejora cualitativa, una vez que transita hasta la salida de la laguna de oxidación y queda lista para el fertirriego.”

Con la instalación de bombas de aguas claras en los centrales Enrique Varona y Primero de Enero se buscará aumentar los volúmenes del líquido para regar los campos de caña mediante un sistema de enrolladores, incluso en el período fuera de la zafra.

Se concluyó el fertirriego de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Sabino Pupo en Baraguá y el riego por gravedad del residual del Enrique Varona en la UBPC Arabal en Falla; para 2020 se prevé concluir el de la CPA 8 de Marzo en Primero de Enero. Solo quedaría terminar tal sistema de fertilización en Ciro Redondo, que completará a partir de la solución dada a la fábrica de torulas de esa localidad.

Según refiere una tesis de maestría de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas: “Diversas experiencias, obtenidas en Cuba a lo largo de 20 años de trabajo, han permitido comprobar que si las aguas residuales se aplican de forma adecuada, el suelo puede ser un buen receptor y purificador de las mismas; mejorando además sus propiedades físicas, biológicas y agroquímicas. Por efecto del fertirriego con aguas residuales, se obtiene un efecto acumulativo de los nutrientes o elementos en el suelo; aumenta la materia orgánica, el fósforo y el potasio; y se incrementan significativamente los rendimientos del cultivo”.

En la provincia se han identificado un total de 607 fuentes contaminantes, el mayor porcentaje de ellas se ubica en los asentamientos poblacionales concentrados, según datos de la Delegación de Recursos Hidráulicos en el territorio.


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