La sequía puede estar agazapada, de manera imperceptible, pero avanzando. “Es un fenómeno silencioso en que el daño ocurre de a poco, pero año tras año te quita”, comentó a Invasor Pedro Rodríguez Mora, director técnico de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico de Ciego de Ávila (EAHCA), conocedor de lo importante de su vigilancia.
Tal es así que aun en su recuerdo está lo vivido en el anterior lapso de intensa sequía por el que atravesó la provincia. “Mira, —y lo dice mientras muestra una relación estadística del comportamiento de las precipitaciones del periodo lluvioso durante las últimas tres décadas—, en 2014 estuvieron por debajo del año precedente, lo mismo sucedió en 2015 y 2016; para el 2017 al iniciar enero no teníamos agua ni para la población”.
Elementos a considerar, pues en 2021 el territorio solo acumuló el 81 por ciento de la media histórica de lluvias, sumado al comportamiento por debajo del inicio del actual año y la presencia del fenómeno climático de La Niña, fase de enfriamiento de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) que provoca crudos inviernos y grandes períodos secos en todo el mundo, hacen que corramos el riesgo de entrar en un período de sequía.
• Gotas de vida que se escapan
Si nos atenemos entonces a los datos hay que mantener la precaución porque “el déficit de lluvias se vuelve recurrente cada tres o cuatro años como promedio, extendiéndose por un lapso de uno a dos años”, explica Rodríguez Mora.
Fuente: Empresa de Aprovechamiento Hidráulico de Ciego de Ávila
Las informaciones del boletín hidrológico del cierre de marzo último muestran cifras que en algunos casos generan preocupación a la espera del periodo lluvioso (de mayo a octubre). Por ejemplo, en estado crítico se encuentran las presas Sabanas Nuevas y Puente Largo, además de la laguna de La Redonda, aun cuando estos embalses no poseen entregas planificadas son importantes para la retención de los volúmenes de los acuíferos y evitar el avance de la intrusión salina.
En estado desfavorable se encuentran los sectores hidrogeológicos CA-I-8, correspondiente a La Cuba en Baraguá; el CA-I-9, de Primero de Enero; y el CA-I-12, de Bolivia.
La anterior fase se decreta cuando el acuífero posee 180 días de cobertura para garantizar el balance de aguas, acota el director técnico de la EAHCA, no obstante se espera para los venideros meses con las lluvias no ocurra un descenso brusco de sus niveles, de ahí el pronóstico de poder honrar los volúmenes previstos para el año en curso.
Al terminar marzo, las fuentes superficiales de la geografía avileña registraban casi la mitad de su llenado mientras que las subterráneas un 69 por ciento.
Para enfrentar al fenómeno sesiona de manera periódica una comisión gubernamental del territorio que propone una serie de plan de medidas con vistas a que las afectaciones a la población sean las mínimas.