Hay países en los que las afrentas a lo público se pagan no con dinero o tiempo tras las rejas, sino con servicio a la comunidad
No habían terminado de pintar los exteriores del Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola cuando a la parada del transporte público situada una cuadra después ─que también recibió el beneficio de la pintura─ le “nacieron” varias promociones en sus columnas.
Como si de un caballete para exponer obras maestras se tratara, decenas de hojas blancas impresas en tinta negra anunciaban la próxima presentación de un cantante popular, del “género urbano”. Iguales anuncios se esparcieron por toda la ciudad, convirtiendo cada columna, poste eléctrico, pared sin dueño, en una cartelera. El despliegue de divulgación resultó un exceso pues, al fin y al cabo, el concierto nunca se dio.
No hubo bum bum ni blin blin y, sin embargo, la ciudad quedó sucia y empapelada como si le hubiera pasado por encima un carnaval. Hasta donde sé, no se exigió cuentas ni reparación a los responsables. Habría sido muy fácil, porque los organizadores de la fiesta se encargaron de que todos supiéramos quiénes eran.
En ese punto, como otras tantísimas veces, una se pregunta si lo que es de todos realmente no es de nadie. Si es verdad que debe haber un dueño para que las cosas duren y se cuiden. Y, sobre todo, por qué no nos duele la afrenta a lo colectivo, a lo público.
El propio hospital ha sido objeto frecuente y continuado de acciones que clasificarían en toda la línea como vandalismo y robo. Mientras una parte de la opinión popular se queja, con razón, de lo dilatado en el tiempo de la inversión en ese centro asistencial, de que parece una obra infinita y siempre le falta algo por terminar, otros usuarios aprovechan sus estancias obligatorias para “resolver” algo más que la salud.
Solo admitiendo esto que apunto entenderíamos que, aun sin inaugurar lo remozado en el Cuerpo de Guardia, se “perdieran” los filtros de varios equipos acondicionadores de aire, llaves de lavamanos, tomacorrientes, herrajes de servicios sanitarios. Las ironías de la vida, luego, son abrumadoras: quienes menos cuidan son los que más exigen.
• Desde 2018 venimos insistiendo en que indisciplinas y pésimas conductas sociales nos están llevando por el camino de la Incivilidad
Extrapolemos estas conductas a cualquier sector de la vida social y económica y no faltarán ejemplos. Los que en su casa no se atreverían a poner los pies sobre los muebles van al parque y terminan rompiendo los bancos. Quien pone sogas y talanqueras en su portal, después no tiene reparos en interrumpir la acera con materiales de la construcción. Aquellos indignados por la ineficiente gestión de Servicios Comunales en la recogida de la basura, contribuyen a los microvertederos con sus desechos a cualquier hora.
Hay países en los que las afrentas a lo público se pagan no con dinero o tiempo tras las rejas, sino con servicio a la comunidad. Claro, depende de la magnitud de los hechos, pero no sería errado explorar esos mecanismos para retribuir a la sociedad el daño causado.
Digo, por ejemplo, que quienes tapizaron las columnas de la parada de guaguas con invitaciones a un concierto, repararan su daño volviendo a pintarlas. Digo que quien rompa un banco, participe en su restauración. Digo que los piques de las calles “por cuenta propia” deben ser restaurados lo mejor posible por los “picadores”. Digo que la basura es nuestra y nos toca ponerla en el horario, la forma y el lugar correctos (aunque después Comunales demore una semana en recogerla). Digo que en el hospital faltan medicamentos (y eso no es secreto), pero ello no justifica el robo ni el descuido; un latiguillo nunca se convertirá en sonda.
Lo que es de todos debería importarnos tanto como lo individual. Al final, qué es lo público si no la sumatoria de nuestras individualidades, puestas en fila sin jerarquías, condensadas, amalgamadas. El banco del parque es para todos. El transporte urbano (cuando regrese) será para todos.
Este país es de todos, no solo de quienes puedan pagar un concierto de reguetón.
No se trata de papelitos pegados en toda la ciudad de forma indiscriminada, de lo que se trata es de que hemos construido una Sociedad donde cada uno se cree con el especial Derecho individual que se erige por encima del Derecho de los demás. Ahora se pone de moda que te ponen un cuchillo en la barriga y con el mayor de los desenfados te quitan el celular y otros bienes o dinero en medio de la calle.
Será posible que a los trágicos problemas de alimentos (acabo de ver una libra de pimientos a 160 cup), de salud, al consuetudinario abuso resultado de la corrupción imperante CASI GLOBALIZADA EN CUBA se añada también la INSEGURIDAD CIUDADANA.
Desde la evaluación que hizo Raúl en el 2011 no hemos hecho nada, solo reuniones, quejarnos y sustituir la acción por la discusión.
Ahora queremos parar la subida de precios llegando a la cima con la Piedra para aplastar a los vendedores, pero no reconocemos que esa será una tarea igual a la de Sísifo el personaje mitológico.
Son los que están en la cima los que deben meditar sobre su falta de gobernabilidad, sobre la acumulación de cambios que puede volverse cualitativa, sobre la pérdida paulatina del Gobierno cubano de su capacidad como Agentes de cambio.
Los veo quejarse mucho y los remito no a la Mitología Griega sino a hechos de nuestra América India cuando Cuauhtémoc al ser torturado y quemado de los pies replicó al compañero en queja ¨¨ Mi lecho no es de rosas¨¨
Estoy consciente del alcance de lo escrito, pero es lo que pienso y con lo que choco a diario. Tú que eres muy joven ¿Te enseñaron en la primaria el la Fábula de Quién le pone el cascabel al gato?
Sayli: no he visto ningún agente del orden público en el bulevar, bajos del 12 plantas y Parque Martí en la madrugada, lo que si he visto es a varios menores de edad ingiriendo bebidas alcohólicas sin que nadie actúe , pero lo que más me preocupa es que conversando con un funcionario público sobre el tema, me contestará que la responsabilidad es de la familia, que no estamos pa' educar la hijos a nadie.
Brmh
Allí puede ser que una persona te llamé la atención por una acción incorrecta, pero lo que sucede en su inmensa mayoría es que llaman a la policía y en pocos minutos está hace acto de presencia.
Hoy mismo estaba conversando con dos personas que tienen responsabilidades en nuestro país en el orden social, y unos de los temas era como lograr que las personas sientan sentido de pertenencia, es necesario e imprescindible integrar a los vecinos en la toma de decisiones así como en las acciones que se realicen en la comunidad.
Como es posible que en la Turbina Parque de Ciudad, lugar donde se ha invertido gran cantidad de recursos, no existe un cuerpo de vigilancia con los recursos mínimos ?.
Brmh
Te comento además que en España existen policías de barrios que son pagados por los ayuntamientos municipales y que pertenecen a la policía local, tal vez esto sería una buena opción acompañado de un movimiento de vigilancia popular.
Brmh
Cada uno de nosotros debe ser responsable de respetar y cuidar lo de todos, pero es responsabilidad de las fuerzas del orden de controlar que se ciuden...
Estoy completamente convencido de que quienes debieran realizar acciones para organizar, no tienen que hacer la cola pa comprar un plato de pollo.
Me niego a creer que se está cumpliendo de que " el hombre piensa como vive "
Brmh