Tanto como la pasión de un Mundial

¿Qué impide que certámenes de esta categoría sean frecuentes en toda la provincia?

¿Usted sintió la pasión con que Argentina y Francia discutieron la corona futbolística mundial? No tengo por qué contárselo. Un gran porcentaje de cubanos fueron testigos del acontecimiento. ¿Y si el periodista le dice que 24 horas antes, aquí, en el mismísimo Ciego de Ávila, hubo un acontecimiento deportivo que le igualó —o superó— en cuanto a emociones en el graderío y rivalidad deportiva en el terreno?

Claro, de tanta euforia futbolera, usted puede pensar que casi deliro y que es una exageración mayúscula comparar unas emociones y otras, pero si no puede creer lo que le digo, entonces consulte a cualquiera de las decenas de padres que colmaron la instalación de la Academia Provincial de Softbol, escenario el pasado sábado de la finalísima del Torneo de las Pequeñas Ligas de Béisbol, en la que intervinieron peloteritos entre ocho y 12 años.

El pequeño graderío, sin nadie proponérselo, se dividió en dos partes. Por el ala derecha, los parciales del equipo Morón y, por la izquierda, los simpatizantes de Ciego de Ávila. Y de un bando y otro primó el respeto pues, en definitiva, los pequeñines, en el terreno de juego, mostraron más que pasión y entrega.

Fue una lástima que, al final, debía declararse un ganador, y esta vez resultó (12x4) la novena anfitriona, que ahora esperará a febrero para medirse al campeón de la hermana provincia de Sancti Spíritus, en un play off de tres juegos que coronará al primero que salga airoso dos veces.

Viendo tanta alegría y deseos de jugar de estos pequeños tigrecitos del béisbol avileño, uno no puede menos que preguntarse: ¿qué impide que certámenes de esta categoría sean frecuentes en toda la provincia?


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