Cuando alguien me preguntó, poco antes de iniciarse la 61 Serie Nacional de Béisbol, mi opinión acerca de los actuales Tigres, no reparé en responderle que el equipo estaba distante del nivel de aquel que le dio tantas alegrías a los avileños en la anterior década. Ha transcurrido casi el primer tercio del calendario y, aun cuando el elenco aparece en el tercer puesto, mantengo mi percepción inicial.
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Pero ojo. En aquella ocasión también aclaré que los rivales de ahora tampoco tienen la calidad de ese entonces, por lo que no dudé en afirmar que las pretensiones de la clasificación eran lógicas y que no sería una sorpresa que estuviera al final en la discusión del título.
Desde luego que mis puntos de vista no restan un ápice a la faena que hasta el momento cumple el equipo, porque, sencillamente, hay algo que apenas necesita explicación: cada conjunto debe evaluarse en la lid que le correspondió enfrentar. Los rivales a los que debe vencer son estos, no aquellos. No le busquen “la quinta pata a la mesa” a mis apreciaciones.
Acaban Los Tigres de ganarle dos buenos partidos al mítico Industriales y la subserie particular 3-2. No olvidemos que el pasado año el balance fue a la inversa. Es verdad que Los Azules no son los mismos de décadas atrás. Tampoco en la anterior contienda lo eran.
Estos dos éxitos merecen más elogios si tenemos en cuenta que no estuvieron en la lomita ninguno de los tres lanzadores emblemáticos de los últimos años de Ciego de Ávila y que no alineó Osvaldo Vázquez, su cuarto bate natural.
Ahora enfrentarán, durante martes, miércoles y jueves, como visitantes en el estadio Cristóbal Labra, al siempre difícil Isla de la Juventud, un equipo que en el ataque (285) promedia 10 puntos menos que el avileño y con un pitcheo de relevo (4,63) un poco mejor que el de Los Tigres (4,86).
Llama la atención que la media ofensiva del campeonato ande por 291 y que los de Yorelvis Charles estén cuatro puntos por encima, aun cuando su mejor bateador histórico, Raúl González (270), no esté en su mejor forma.
De felicitar es la labor que cumple hasta el momento el designado Abdel Civil (324) y lo mucho que rinde el ahora inicialista Dainier Hernández (382). Será un verdadero dolor de cabeza buscarle “un hueco” cuando entre en juego Osvaldo Vázquez. Pero, como dicen los directores: “ojalá todos los dolores de cabeza fueran por problemas como ese”.
Por el momento, Los Tigres aparecen en el tercer puesto, a dos juegos y medio del líder Matanzas. Este miércoles habrá doble juego, quizás en el primer duelo con Los Piratas escale el montículo Dachel Duquesne. En su última aparición ante Guantánamo estuvo impresionante. Esperemos que repita.