Diálogo con Julio Muguruza Sosa, nuevo técnico principal de los Búfalos de Ciego de Ávila
Tal vez los amantes del deporte de las canastas en Ciego de Ávila no tengan su nombre tan a flor de labios como a otros entrenadores del territorio, pero Julio Muguruza Sosa no es un “improvisado” en el baloncesto cubano.
Baste con decir que suma ya tres décadas inmerso en esta disciplina, aportando desde su conocimiento y entrega, en las categorías menores. Ahora estará al frente de los diez veces campeones de la Liga Superior de Baloncesto y el desafío de mantener lo logrado parece inmenso.
“Es que todo este tiempo he estado concentrado en el trabajo de la Escuela de Iniciación Deportiva; todo lo que sé se lo debo al tiempo que dediqué en ese centro a formar atletas y también a los conocimientos que pude recoger de preparadores tan prestigiosos como Omar García, Rogelio del Sol y el desaparecido Yoanis Zalvídar”, dice como quien resta importancia a la ejecutoria propia.
―No es lo mismo dirigir en las filas escolares y juveniles que en la de mayores...
―En verdad, no es lo mismo, pero la mayoría de los atletas que ahora dirigiré en los Búfalos los ayudé a crecer, precisamente, desde muy pequeños. Todos nos conocemos muy bien. Sabemos de nuestras virtudes y defectos. Además, ellos para mí siguen siendo aquellos muchachos que daban sus primeros pasos en el baloncesto.
Mario“Conozco a estos muchachos desde niños”, dijo el técnico del conjunto avileño―¿Y qué tal estas primeras semanas de entrenamiento?
―Te confieso que no han sido las mejores, sobre todo cuando las comparo con el período de entrenamientos del pasado año, en el que era más evidente la motivación de los atletas y tuvimos un mayor número de partidos de fogueo. En esta oportunidad tuvimos problemas con la concentración del equipo y, en sentido general, no hemos tenido el mismo apoyo logístico como el que nos facilitó obtener la décima corona.
―¿Entonces…
―Aclaro que esta misma problemática la han tenido que afrontar los restantes conjuntos, por lo que eso que te dije no debe tomarse como una justificación ni mucho menos, solo que, con independencia de los reales problemas económicos que conozco tienen el país y la provincia, creo que se podría hacer más por un equipo que tantas alegrías le ha dado a su afición.
―En lo deportivo, ¿es este un equipo inferior al que conquistó la décima corona?
―La columna vertebral de los Búfalos es prácticamente la misma, pero en el baloncesto los jugadores de cambio desempeñan un papel determinante. En eso trabajamos. Creo que el aplazamiento ahora del inicio nos da un poco más de margen para insistir en esos detalles.
―¿Se podrá soñar con una oncena copa?
―Este grupo de muchachos no sabe pensar en otra cosa que no sea ir siempre por el título. Aun con los inconvenientes que te mencioné, la afición puede estar segura de que daremos espectáculo. Nuestra máxima es que, si queremos, podemos.
El breve diálogo concluyó y el periodista no pudo evitar pensar, y hasta murmurar, “la oncena no es una quimera”.