Mario No recuerdo otra temporada beisbolera en que el equipo Ciego de Ávila sume más derrotas que victorias y aún así la gran mayoría de los aficionados coincidan en que, por el momento, los muchachos de Dany Miranda registran un buen papel en la 64 Serie Nacional de Béisbol.
Bien saben los seguidores de los cuatro veces campeones cubanos que la actual escuadra la conforman un grupo de muchachos jóvenes, entre ellos 19 novatos, los cuales fueron llamados ante la urgencia de suplir a figuras que decidieron, por un motivo u otro, no continuar en el conjunto.
Y sí, coincido con los aficionados. Estos Tigres, en lo que va de calendario —poco más del primer tercio— superan las expectativas que existían antes antes del inicio de campaña. Incluso, no están lejos de la vedad los que consideran que ubicarse finalmente en un puesto, que no sea el último, sería suficiente para aplaudirlos.
Lo importante de esta incursión es que la mayoría de sus integrantes reciben bastante oportunidades, unos en la caja de bateo y otros desde el montículo. Al final, el colectivo técnico tendrá en cuenta para próximas contiendas a aquellos que mostraron más posibilidades.
Por eso estoy de acuerdo con la estrategia de no buscar un lugar ni un número de victorias en esta contienda, sino comenzar a fomentar las bases de un futuro equipo que si pueda aspirar a grandes pretensiones.
Algunos lectores me preguntan por el tiempo que será necesario esperar para contar con una novena de reales posibilidades. Nadie tiene una varita para vaticinar los años que un atleta tiene para alcanzar un buen nivel competitivo. Unos demoran mucho en madurar, pero otros sobresalen más de una serie para otra.
Por el momento es mejor exhortar a los aficionados al apoyo de su equipo, el cual, a partir del martes 14 jugará en el estadio José Ramón Cepero tres subseries en forma consecutiva ante Villa Clara, Santiago de Cuba y Holguín. Sean ustedes de los que puedan decir: con los Tigres en las malas y buenas.