En ocasiones resulta difícil encontrar los porqués del mal momento de un equipo. Son muchos los “poquitos” que pueden incidir, pero como, en este caso, me propongo tratar el tema de Ciego de Ávila en la LIX Serie Nacional de Béisbol, desde ahora adelanto que las razones del descalabro de los tricampeones nacionales están a la vista.
• Recuerde aquí resultado del partido más reciente de Ciego de Ávila.
En anteriores comentarios he insistido en lo pésimo del pitcheo (5,41) del conjunto, sobre todo el encargado de terminar los juegos (8,13); por mucho el peor del campeonato, incluso, por debajo del sotanero Guantánamo.
Es decir, no es necesario ser un erudito para encontrar “el porqué de los porqués”, mas hay un detalle, nada desdeñable, que invita también a la reflexión: la defensa (965) es una de las tres más deficientes de toda la lid.
No es un secreto que si se juega de manera hermética a la defensiva, un pitcheo pobre puede llegar a convertirse en regular, aunque, en el caso que nos ocupa, los guantes de los avileños han ayudado a hundirse aún más a la escuadra.
A poco se puede aspirar en este deporte cuando se tiene una línea central a la que me atrevo a calificar de pésima, con dos elementos clave, short-stop y jardinero central, por debajo de la calidad de este certamen.
La ausencia de Yorbis Borroto en el campo corto esta vez sí se ha hecho sentir, porque justo es consignar que Yoelkis Baró, en anteriores lides con Guantánamo, se desempeñaba en segunda base. El muchacho no ha logrado encajar en esta difícil posición.
Y la debacle sucede, precisamente, en una temporada en la que el elenco, desde el punto de vista ofensivo, marcha segundo, con astronómico promedio de 324, solo superado por Cienfuegos (332), precisamente su rival a partir de este jueves en el José Ramón Cepero.
No tengo respuesta para la pregunta de si Ciego de Ávila podrá incluirse en la discusión de los comodines. La diferencia con respecto al octavo lugar es de dos y medio juegos cuando restan solo 15 partidos.
Sí, es verdad que desde el punto de vista numérico no es abismal la desventaja ni mucho menos; no obstante, lo que sí resulta bien difícil de superar es el actual desempeño de los dirigidos por Roger Machado, en lo deportivo y anímico.
Ojalá el equipo haga una de esas hazañas que lo ha hecho tan querido por su afición en la presente década.