Para algunos es solo un sueño, para otros una tarea difícil, pero realizable, mas hay algo que constituye una realidad palpable: Los Tigres avileños quieren tener un final del calendario acorde con el prestigio bien ganado en esta década en nuestras series nacionales de béisbol.
Los tres últimos choques de Ciego de Ávila del calendario regular serán ante Granma en el estadio Mártires de Barbados y solo barrer a Los Alazanes les daría la posibilidad de mantener sus pretensiones de ubicarse en el octavo puesto en la tabla de posiciones para tener derecho a los comodines.
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Con esos tres posibles éxitos, los avileños tendrían balance de 22 sonrisas e igual cantidad de amarguras, por lo que de ganarle a Las Tunas el juego suspendido, entonces desplazarían a Granma, del ansiado lugar en la tabla de posiciones, aunque para ello también sería necesario que este perdiera el choque aplazado ante Industriales.
Es evidente que la encomienda no es nada fácil pues no depende de que Ciego de Ávila salga airoso en sus próximos cuatro compromisos, sino de que Granma pierda su duelo ante Los Azules y…. aún así pudiera no clasificar. Les explico.
Sucede que Pinar del Río e Isla de la Juventud están por encima de los de Roger Machado en la tabla, noveno y décimo, respectivamente, y terminan jugando entre ellos la subserie final. Si uno de los dos barre al otro, entonces sería ese el que merecería el boleto.
Solo si los vueltabajeros ganan la subserie 2-1 sería la fórmula para que los tricampeones nacionales quedaran octavos, pues finalizarían con igual balance de 23 triunfos y 22 derrotas, pero decidiría que los avileños le ganaron el enfrentamiento particular.
No obstante lo dificilísimo de la situación, Los Tigres están heridos, pero no muertos…y mientras hay vida….