Premio Hermanos Loynaz para mi amigo Yasmani

En la entrega de los premios del concurso literario Hermanos Loynaz en su XXXV Edición, el avileño Yasmani Rodríguez Alfaro obtuvo el lauro en el apartado de Literatura Infantil con su novela Ojos de gato

El premio Hermanos Loynaz 2023 para el escritor avileño Yasmani Rodríguez Alfaro no es exactamente una sorpresa, pero las buenas noticias siempre tienen una carga de maravilla, no únicamente para quien las protagoniza. Los buenos amigos comparten sus emociones, tanto en las mejores como en las peores circunstancias, por eso me llamó al móvil y con voz temblorosa comunicó la primicia.

Su novela infanto-juvenil Ojos de gato se alzó con el Premio de Literatura Infantil del certamen, que celebró su XXXV edición. Y yo recordé entonces que ya la tenía en formato Word, y no la había terminado de leer. La noticia fue, entonces, como un latigazo moral para terminar la lectura de una obra que ya tenía en su palmarés una honrosa mención en el premio Calendario de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

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Posted by UNEAC _Pinar del Río on Wednesday, December 6, 2023

Ojos de gato es la historia de Ángel, un niño que, comiendo guayabas, alcanza una especie de elevación mística y rompe a tener una vida completamente novelesca. Desde las primeras líneas, atrapa por su limpieza narrativa y su manera de empezar a introducirnos en la trama:

“El padre de Ángel siempre le dibujaba un gato con gafas oscuras. Cuando el niño le sugería quitárselas, el hombre se justificaba alegando que no sabía hacerlo de otra manera. Su papá le había enseñado a dibujar gatos con gafas, y nunca tuvo valor para contradecirlo. Angelito también debía aprender a dibujarlo así, obedecer como buen hijo que era. Ángel no sospechaba que detrás de los cristales negros se escondía el perdón”. (Fragmentos de la obra en proceso editorial).

Esta es la trama que arranca con la estruendosidad del misterio. ¿Por qué el padre de Ángel le dibujaba gatos con gafas? ¿Por qué detrás de esas gafas se escondía el perdón? Y luego viene otra duda que atrapa, definitivamente, ¿por qué no puede quitarle las gafas al gato?

Con esos dos símbolos, gato y gafas, nos va ganando el interés y nos arrastra a una lectura que termina siendo feliz encuentro con la familia y los amigos. Porque cuando tiene amigos quiere compartir con ellos lo bueno y todo lo demás.

A Yasmani le gusta contar historias que conmuevan al espectador y que le toque el hombro o le tiren de la mano para que reflexione hacia dónde va por la vida.

“Ángel comía naranjas, aún continuaba vestido con el uniforme escolar. La madre lo observaba con ojos de río. El dibujo del gato estaba en el suelo, el felino aferrado a sus gafas, no quería mostrar sus ojos. Ángel lo recogió. El gato estaba triste, desaliñado, como los arrabaleros que atacan en las noches los latones de basura. Y miró a su madre llorar al ver partir a Pimentel con las maletas en las manos. Nunca la había visto llorar, ni tan siquiera cuando se le rompió la última taza, heredada de su abuela”.

No le importa si lo hace desde la literatura infantil o para adultos porque es un comprometido con los cambios epocales. Rodríguez Alfaro necesita denunciar y remover lo “mal hecho” para trocarlo en oro. Aunque, en ocasiones, no se lo proponga.

Este joven escritor y artista visual, con membresía en la AHS y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, ha tenido un año colmado de satisfacciones. Recordemos que en la feria del libro de este año fue seleccionado como “Escritor laureado” por el Centro Provincial del Libro y la Literatura.

En el mes de noviembre, el sello argentino Laia editora, sin fines de lucro, le publicó la novela Los ahijados de Lachy, el White.

Ha participado en varios eventos literarios y de la plástica en esta ciudad, como lo son la Feria del Libro, la Feria Universitaria del Libro y la Literatura, entre otros espacios de la AHS, como Todo X el arte. A su vez, inauguró una muestra pictórica en el complejo café Barquito, de esa propia casa de la vanguardia juvenil artística.

Su oficio de escritor y artista de la plástica lo alterna como promotor del Centro de Promoción Literaria Raúl Doblado del Rosario.

Con una obra literaria que va in crescendo, Yasmani consigue plasmar su visión y filosofía de la vida en no pocas historias que van desde lo lascivo y repugnante (Pre Morten); el folclorismo y la magia (A la sombra del mago); la sutileza y el desvarío social (La madre de cal).

El premio Hermanos Loynaz, de Pinar del Río, ha alcanzado tanto prestigio en la escena literaria cubana que podría colocarse al lado de un Alejo Carpentier o un Nicolás Guillén.

Del terruño lo han poseído, Akokán, de Leonel Daimel García Aguilar, en el 2020; en el 2021 fue mención Cada cosa en su lugar, de Lioneski Busquet Rodríguez; en 2022, Gente Común, de Llamil Ruiz González, también mereció una mención; y en 2014 el premio lo obtuvo Carmen Hernández Peña con la novela El libro de Camila Rosa; entre otros.

Yasmani Rodríguez Alfaro es un amigo irreverente que quiere escaparse de la horma de su zapato. Y lo va consiguiendo.


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