Para todos los corazoneros de Ciego de Ávila

Un carnavalito Corazón desde el corazón

Las expectativas para con el carnavalito Corazón estaban bien altas. Mucha gente ansiosa ya por ver cómo se desenvolvía todo, no cesaba de preguntar en la calle y hasta en las redes sociales de Internet cuánto faltaba para la culminación de este suceso.

El 13 de agosto era la fecha acordada, día especial por ser el cumpleaños 98 del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro. Pero también triste, porque se cumplía otro aniversario del asesinato de los hermanos Luis y Sergio Saíz en 1957.

Con más deseo y ánimo por continuar el trabajo que ya tenían desde hacía rato, estaban los especialistas del Consejo Provincial de las Artes Escénicas y los del Latin Luli’s Production. Trabajaban incansablemente para que cada detalle fuera una alegría y no un desaliento.

Llegado el momento, desde horas tempranas se fue engalanando el parque Martí en las proximidades de la esquina a Honorato del Castillo. Sobre las 7:00 ya se veían banderas, globos, la tarima y parte del audio. La gente comenzaba a transitar por los alrededores con suma curiosidad.

Para cuando los trabajadores y habitantes de la Casa para niños sin amparo familiar llegaron, y se posicionaron en sus sillas, ya el espectáculo estaba a punto de empezar. Lo que no imaginaban ellos, los agazajados, los invitados especiales, fue que la fiesta sería mucho más grande de lo esperado.

La risa se fue adueñando de los rostros de grandes y chicos. Los aplausos y los vítores fueron, casi casi, las más excelsas expresiones grupales. Todos estaban encandilados por tanta humanidad y más aún, para la celebración del cumpleaños monumental.

Desde las palabras inaugurales de Lian Díaz Arias, presidente del Consejo Provincial de las Artes Escénicas avileño, ya se notaba los nervios por tanta algarabía y deseos de laborar. Y, con el desfile de apertura, las cosas se pusieron más hermosas todavía.

Daba gusto ver a los integrantes del proyecto nacional Necesitamos tu sonrisa, y a los niños de la Casa de Cultura José Inda Hernández. Todos en medio de un mar de colores, pasos y mucha risa.

El Guiñol Polichinela, con su tropa de payasos, fue la sensación del momento. Organizaban, jugaban, cantaban y movilizaban a todo el mundo. No hubo alguien que pareciera inmune a sus encantos.

La música campesina nuestra, desde la interpretación de Los lindos del campo, con Yeinier Delgado al frente, fue más que certera. Hubo aplausos merecidos y tarareos a cada tonada. Y, sin lugar a dudas, quedó en evidencia que la canción nuestra, esa de sabor y olor a tierra, todavía vive en los corazones.

El carnavalito fue sucediendo a lo largo de esta jornada especial y de celebración. La felicidad era una sola, cuando entre rifas, piñatas y cantos, los niños se crecieron en la inmensidad del día y la incesante humanidad de los abrazos.

carnavalitoA la expectativa

carnavalito Para no perderse ni el más mínimo detalle

carnavalitoCuando la alegría es contagiosa

carnavalito Los lindos del campo, lo dejaron todo más lindo

carnavalito Para ellos se trabaja con todo el corazón

carnavalitoEsa alegría sanadora…

carnavalitoEl Guiñol Polichinela fue la sensación del momento

carnavalitoLos principales artífices de este suceso

carnavalito La estampida


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