Magia a contracorriente

Víctor Agüero Labañino es el único mago profesional con que cuenta Ciego de Ávila. Su historia rellena los espacios en blanco de esta manifestación artística en el terruño

Para escribir la historia del mago Víctor habría que poner en primer plano la perseverancia y, luego, el resto de su currículo, que no es poco, después de 10 años devorando libros, mirando más allá del escenario y ensayando una y otra vez el mismo truco.

Define a la magia como arte de gran impacto visual, práctica y muy creativa, pero a estas conclusiones llegó ahora, cuando era un niño y vio en vivo y en directo una actuación del mago Frank no hubo quien le quitara de la cabeza que las “personas tenían poderes”. Por ahí comenzó la pasión.

Antes ya había dado señales de su vocación por el arte y con solo siete años se presentó a las pruebas de la Escuela Elemental de Arte Ñola Sahíg Sainz.

Quiso ser bailarín, actor y una larga lista de etcéteras que fueron forjando aptitud y carácter, hasta que el mago Frank se mudó cerca de su casa y nació la complicidad que le dio el norte a su brújula.

Lo visitaba todos los días e insistía en verlo actuar. Un día del cual no puede precisar otros detalles salió de la chistera la pregunta que tanto había esperado: ¿quieres que te enseñe? El compromiso entre ambos fue aprender algo nuevo solo cuando hiciera a la perfección el truco anterior y hubiesen pasado 20 días.

Entonces, tenía nueve años, no se perdía ningún segmento de magia de los que rodaba la televisión cubana en matiné infantil cada fin de semana y ni siquiera sospechaba cuántos obstáculos debería sortear antes de subir al escenario.

Se presentó dos veces a las pruebas para la Escuela Nacional de Circo, pues la magia se considera un arte escénico y esta era la puerta de entrada. La primera vez aprobó y al llegar a La Habana chocó de bruces con la decepción de que ese año no abrirían esta modalidad. Para que surgiera una segunda oportunidad debió esperar hasta los 16 años.

El tribunal evaluador se reunió en la sala Abdala, de la ciudad cabecera, y los resultados fueron excelentes, sin embargo, la noticia fue igual de demoledora: no iban a captar magos, aunque podía entrar como excéntrico, una suerte de payaso o animador que hace un poco de cada número artístico. Esto no era lo que quería.

Renunció a la posibilidad de estudiar y volvió al punto cero, a querer y no poder. Continuó su carrera como mago aficionado en la casa de cultura José Inda Hernández y ya en el 2010 fue premiado por ser el mago más joven del Primer Festival Provincial de Magia de Ciego de Ávila.

Para su sorpresa, la llegada del servicio militar más que un impasse, fue otro espacio para crear, al frente de una brigada artística y de cuanta presentación o actividad surgiera. De aquí salió con más ganas y menos frustraciones, por lo que no pensó dos veces en aceptar la propuesta de la productora Yoanis Soriano. Trabajaría en la Asociación Hermanos Saíz.

Luego fue Oliver de Jesús, director de la compañía Teatro Primero, el que le tendió la mano. No podían contratarlo como mago, pero sí como productor y, a la par, desarrollaría su carrera artística. Mejoró su formación y adquirió habilidades en el escenario, tanto que esta agrupación fue la escuela que la suerte le negó.

Tampoco existía en Ciego de Ávila un tribunal calificado para la evaluación de esta manifestación artística por lo que Víctor tuvo que esperar hasta el 2018 y pasar la prueba junto a un proyecto de magia del municipio de Florida. Después de esto, para decirlo en buen cubano, unió lo útil con lo agradable y nació Portales Mágicos, evento de magia que, además de ser su lanzamiento oficial al mundo del espectáculo, sirvió como graduación a su curso de producción escénica.

Hoy se Celebra el día de San Juan Bosco, Santo Patrón de los Magos, por eso llegue la FELICITACIÓN a todos los Magos de Cuba y del Mundo.

Posted by Juan Carlos Perez on Tuesday, January 31, 2023

A pesar de no conocer a ningún mago fuera del territorio, encontró apoyo y sumó a la convocatoria. En la primera edición vinieron 12 artistas después de una selección estrecha; en la segunda fueron 60 y en la tercera 24. Ahora, repetir la experiencia es una de las nostalgias que carga.

Con la misma sinceridad confiesa que le tema a la agudeza de los niños que son capaces de descubrir un truco de magia en un santiamén. Como público prefiere a los adultos, por más que la mayoría de sus presentaciones vayan en contra de esa lógica, al centro de una programación cultural donde el trabajo comunitario ha sido sostén y guía.

mago2Aunque prefiere trabajar para los adultos, los niños son su público más fiel

—¿Cómo estudia y se prepara un mago en Cuba?

—En la actualidad hay mucho contenido en Internet y existen videos que detallan paso a paso los trucos; antes no era así y la información pasaba, digamos, de mago a mago. Por ejemplo, tuve mi primer VCD de magia a los 13 años, se llamaba Las cuatro ases de la magia.

“Estudio todas las noches y trato de innovar sobre la base de una técnica. Por ejemplo, si todos desaparecen un pañuelo yo quiero sacar del pañuelo una paloma. Eso me obliga a una búsqueda constante porque todos los días hay técnicas nuevas. Me atrevo a decir que los grandes artistas cubanos en esta manifestación han sido, en su mayoría, de formación autodidacta, pues solo ahora una nueva escuela de magia se abre paso con Circuba.

“Este es un arte que hay que rescatar y, en especial, aquí. En las próximas semanas estaré impartiendo un taller, que ojalá sea una oportunidad para que muchos se acerquen a su sueño y le den curso a su vocación”.

mago3"En mi cuarto hay más de 100 números de magia guardados, me he acostumbrado a esa experimentación constante", dijo Víctor Agüero Labañino

—En el espectro de la magia ¿qué es lo que más disfrutas?

—La magia tiene números relacionados con la prestidigitación (habilidad con las manos), las grandes ilusiones, la cartomagia, la magia humorística, los espectáculos para niños y el mentalismo. Sucede que cuando llegué a la compañía Trébol, con los magos Magdiel y Nelson, cada uno practicaba una modalidad diferente y su trabajo era de primer nivel. Tenía que encontrar mi lugar.

“De tanto ver magia me aburrí, quise probar algo diferente y así descubrí el mentalismo. A través de las redes sociales conocí a un mago español que me proporcionó bibliografía y tutoriales, entre ellos, el libro Los 13 escalones del mentalismo, considerado mundialmente como la base de esta modalidad, la cual se asocia a la telepatía, el terror sicológico, el espiritismo y las religiones”.

—¿Qué pasa cuando falla un truco? ¿Hay posibilidades de sufrir daños físicos?

—Que falle un truco en escena es lo peor que puede sucederle a un mago, pero es posible y debemos aprender a lidiar con eso. Me pasó cuando era niño y es mi recuerdo más amargo. Los nervios me traicionaron, me temblaban las manos y ya no pude hacer nada más.

“Luego, me presenté en el teatro Principal y el tabloncillo estaba en mal estado. Cuando colocamos la mesa con los objetos un desnivel hizo que se cayera y los recogí del piso para cada truco. Al salir me felicitaron por el supuesto ‘número’ en el que la mesa saludaba al público.

“Cuando hablamos de las grandes ilusiones, lo más complejo son los ensayos, donde aprendo y experimento. En la levitación sobre tres espadas mi ayudante siempre se va con alguna cortada y le he quemado el pelo. Cada vez que camino sobre el vidrio me corto y del baúl de escape salimos casi sin respiración. Son riesgos siempre latentes”.

—¿Cuándo disfrutaremos de un gran espectáculo de magia con tu sello?

—He trabajado indistintamente en tres espectáculos, de los cuales he estrenado algunos números aquí. Uno de ellos es Cuba es magia, que incluye humor junto a otros artistas y grandes ilusiones; Sueños Mágicos es para los niños y Más allá pudiera ser el primero que se centre en el mentalismo y el terror psicológico en el país.

“Que vean la luz dependerá de la disponibilidad de los cines y teatros porque requieren condiciones específicas para su realización. De hecho, los números de grandes ilusiones apenas los he hecho aquí por estas mismas dificultades.

“Para que la magia florezca y se integre de manera coherente a la programación cultural de la provincia faltan espacios y formación continua. Es cierto que es selectiva, pero no por eso debiera ser ocasional”.


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