Elim Daniel: canciones para la nostalgia

El concierto de Elim Daniel, el sábado 13 de abril, en el patio Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Ciego de Ávila (UNEAC), fue un acicate para la nostalgia

El concierto de Elim Daniel Entenza no solo inauguró el espacio “Sábado de conciertos”, sino que, también, hizo que el público se sintiera de plácemes con las propuestas sonoras de este joven músico cubano.

Además de cubanidad y buen gusto a la hora de elegir repertorio, Elim supo dirigirse a sus espectadores, entre canción y canción, de manera oportuna y con un alto sentido del respeto. Y tuvo el buen tino de ser honesto cuando proclamó en varias ocasiones “estoy un poco nervioso” para también dar las gracias siempre que lo creyó oportuno. Lo que demostraba su humildad y deseo de servir, con su talento, al prójimo.

Desde la perfecta ejecución del piano, y con una voz súper melodiosa y agradable al oído, Elim cantó por más de hora y media.

Planificó con mesura cada uno de los temas a interpretar y lo hizo con un nivel de maestría que se llevó las palmas en más de una ocasión.

Aunque no soy de los que creen que el aplauso del público siempre sea medidor de calidad artística, lo cierto es que sí mide algunos aspectos que tienen que ver con la comunicación del artista, su talento y, en alguna medida, su calidad interpretativa.

Algo en la emoción que conlleva la ovación nos dice si el artista está comunicándose certeramente con la gente, si tiene presencia, si colma las expectativas ajenas, y algo más.

#Ahora 💯🇨🇺Elim Daniel en concierto en nuestro escenario central. 🎹Solista, pianista concertista, graduado del ISA, Elim...

Posted by Uneac Ciegodeavila on Saturday, April 13, 2024

Sin ser un prodigio del canto, Elim Daniel cautivó a su público con su tono de voz que, por momentos, recordaba la voz de Silvio; una afinación exquisita; una buena dicción y regusto por las palabras; deseo de hacer contacto con los asistentes al concierto; y una calidad en el sonido que dejaba escuchar desde la nota más grave hasta la más aguda sin distorsionar; cada tema bien escogido y que redundaba en lo más selecto y de índole amorosa de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.

Temas como Te amaré, Unicornio azul, Óleo de mujer con sombrero, entre tantos otros, llenaron el patio de la UNEAC avileña de buena vibra.

De Pablo Milanés, Elim interpretó Principio y final de una verde mañana, Yolanda, Si ella me faltara alguna vez, y varios más que hicieron volver al pasado a casi todo el mundo.

De esa brillante manera, cumplía el pianista y vocalista, graduado del Instituto Superior de Arte, a sus 44 años, colmar sus expectativas, “recordar clásicos de la música cubana y rescatarlos desde la memoria del público, para ello quise llevarlos a un contexto bien distinto”, como le confesara a Invasor.

Al músico espirituano y aplatanado en Ciego de Ávila hace más de cinco años ya, pareciera incomodarle la manera en que el pueblo ha ido dejando atrás su propia cultura, “por eso quise traer este concierto y devolverle a la gente, de alguna forma, a aquellos que fueron íconos del arte, de la música nuestra, en el pasado, y que no han de olvidarse nunca”.

Para auxiliarse, también, trajo al maestro Nilo Borges García, flautista, clarinetista, saxofonista, quien supo colmar de florituras cada canción y hacer gala de su genialidad como persona y músico.

Guitarra en mano, y con una elocuencia voraz, el trovador Héctor Luis de Posada subió al escenario para acompañar a Elim. Y fue mágico el momento, la gente así lo percibió. Cuando dos talentos se unen, la calidad es suprema.

Héctor Luis de PosadaHéctor Luis de Posada la puso buena en el concierto

Un momento precioso, sin dudas, fue cuando Lizt Amanda, la pequeña de Elim, subió a escena a interpretar La canción del elegido, de Silvio. Y arrancó vítores.

Después de escuchar el repertorio que se tenía previsto, el público, ávido por más, empezó a pedirle a Elim Daniel que siguiera cantando y que repitiera, incluso, algún tema.

De alguna manera me sentí a gusto, pero esperaba una reinterpretación más brutal de la cancionística de Silvio y Pablo. Un músico como Elim podía hacerlo.

Entonces el pianista se abrió a otras nostalgias y fue cuando el gran Joaquín Sabina, y otros, emergieron de lo oscuro.


Escribir un comentario


Código de seguridad
Refrescar