Con una exposición colectiva, se conmemoró en la galería Raúl Martínez, otro aniversario de creado este consejo asesor para el desarrollo de la escultura monumentaria y ambiental
En un reducido marco casi familiar, ante artistas de la plástica, arquitectos, periodistas, trabajadores de la galería Raúl Martínez, y parte del ejecutivo provincial del Consejo Asesor para el desarrollo de la escultura monumentaria y ambiental (Codema); —con la presencia siempre agradecida de esculturas en disímiles materiales, tamaños y discursos— se celebró este sábado 22 de noviembre los 40 años de un equipo multidisciplinario que ha puesto su empeño en mejorar la cara de la ciudad de los portales en cuanto a esculturas, monumentos, vallas y otros ornamentos.
La muestra está conformada por 17 esculturas y se mueven entre el metal, barro, piedra, chatarra, entre otros materiales. Ocho artistas que se expresan a través de un arte conceptual, abstracto, figurativo o simplemente, con el ánimo de ornamentar alguna parte de la casa o de la ciudad: Félix Javier García, Florencio Torres Reyes, Yoel Pérez Díaz; Víctor Rafael Blanco (Pauyet), fueron algunos de esos artífices de un arte milenario.
Figuras de la plástica avileña, reconocidos a nivel nacional como Roberto Ávila y Edel Antonio González, exponen sus piezas en barro y metal, siempre desde lo artístico como estética, y el contenido como crítica social y discurso persuasivo.
Dairén Morejon y Félix Zayas Sarabia, nos regocijan con la pieza Vigía, trabajada desde la chatarra y el metal.
La inauguración de la muestra sirvió para que la historiadora de arte, investigadora, Mayslet Sánchez Clemente, quien fuera también presidenta de Codema, invitara a los espectadores a recorrer los senderos de la historia de este consejo asesor.
Se evocaron obras y artistas a la altura de Jesús Echavarría Urra, Rita Longa, Florinda Monzón, José Gabriel Quintas, José Ramón Benítez, y tantos otros, que engrosan con beneplácito, la historiografía avileña de la escultura y los monumentos.
Cuando se le dio la palabra a la Dr. María Aurora Bosque Pérez, quien fuera la primera presidenta de este consejo, las remembranzas fueron más profundas, y relató anécdotas de trabajos encargados a los artistas avileños, como la Plaza de la Revolución, entre otros. Y su discurso, colmado de sentido y significados, fue la ilustración perfecta de todo lo que se ha logrado en estos 40 años de duro trabajar.
En esta celebración se sintió la falta del acompañamiento de otras instituciones del mismo sistema de la cultura incluyendo su dirección provincial; el partido y gobierno; de la Uneac y la AHS, estuvieron presentes algunos de sus miembros; así como otros artistas, miembros o no de la ACAA, del FCBC, escritores y músicos.
También faltó una inauguración mas variada en cuanto a propuestas artísticas, un trovador, un poeta y un breve brindis, más allá de las carencias y los efectos nocivos de un bloqueo.
Desde que surgiera la filial de Ciego de Ávila en 1983, las cosas estuvieron bien claras en cuanto a objetivos de trabajo y finalidad artística. La práctica cotidiana como asesor de los organismos decisores de toda labor ornamental urbanística, tuvo sus momentos de esplendor en esta geografía, pero los desaciertos esculturales que han ido sucediendo a lo largo del tiempo, no han sido por la falta de alertas o de dictámenes emitidos por Codema, sino, más bien, por ser desoídos y en muchos casos ignorados.