Ventas agrícolas a Cuba, otra propuesta rechazada

La Cámara de Representantes del gobierno estadounidense reiteró esta semana una política que beneficiaría a muchos tanto en Cuba como en Estados Unidos

Resulta difícil el avance de cualquier iniciativa con respecto a Cuba en el Congreso de Estados Unidos, pese a propuestas bien fundamentadas y el apoyo que suscitan en muchos sectores.

Se trata de una realidad perpetuada durante más de medio siglo de agresiones anticubanas y que se confirmó esta semana ante el fallido intento por votar esta semana en la Cámara de Representantes la enmienda 137 a la ley H.R. 8294, que financia el Departamento del Tesoro y su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).

La propuesta, presentada por la congresista Rashida Tlaib (demócrata de Michigan), suspendería la prohibición de financiar las ventas agrícolas a Cuba no prosperó porque recibió una votación de 260-163.

Tlaib expresó el agradecimiento a los representantes Gregory Meeks (demócrata de Nueva York), presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja, y Jim McGovern (Massachusetts), presidente de la Comisión de Reglas, en su cuenta en la red social Twitter, por apoyar la enmienda.

La congresista, en la plataforma de Internet, señaló que "Esto ayudaría a aliviar la escasez de alimentos en Cuba y ayudaría a los productores agrícolas de Estados Unidos, incluyendo muchos aquí en Michigan".

Según la agencia Prensa Latina, Meeks y McGovern respaldaron la enmienda, que se incluyó anteriormente en numerosos proyectos de ley, entre ellas la Ley de Exportaciones Agrícolas a Cuba, que tuvo copatrocinadores republicanos.

Levantar la prohibición de su gobierno de otorgar financiamiento a las exportaciones agrícolas a Cuba y expandir el comercio en ese sector, fueron los pronunciamientos de los legisladores.

Afirmaron en un comunicado que, además de beneficiar al pueblo cubano con alimentos necesarios a menor costo, se crearían miles de empleos en Estados Unidos, lo que favorecería la economía norteamericana.

“Esta legislación de sentido común, que ha sido apoyada (...) durante más de una década, crearía miles de puestos de trabajo agrícolas en los Estados Unidos, al tiempo que proporcionaría alimentos tremendamente necesarios a menor costo para el pueblo cubano", subrayaron.

El propósito de la enmienda es aliviar la carga económica al suspender las regulaciones de exportación de productos agrícolas desde el territorio norteamericano y extendería el crédito a los compradores de alimentos cubanos por un año, explicaron.

Ambos advirtieron sobre la situación de escasez en la Mayor de las Antillas, agudizada por el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero que, a largo de más de seis décadas, imponen sucesivos gobiernos estadounidenses, ya sean demócratas o republicanos.

“Ante el complejo panorama en Cuba, es el momento adecuado para promulgar una suspensión temporal que brindaría nuevas oportunidades para expandir las exportaciones estadounidenses a un mercado de 11 millones de personas”, señalaron.

En opinión de analistas, los dos tenían la esperanza de que azules (demócratas) y rojos (republicanos) se unirían a favor de la propuesta. Sin embargo, representantes anticubanos y del ala más conservadora frenan proyectos en el Congreso que signifiquen un acercamiento entre los dos países y medidas que eviten más sufrimiento al pueblo de la isla, sometido al cruel cerco unilateral.

El congresista Mario Díaz-Balart (republicano de Florida) tras conocer el resultado de la votación, apuntó: “Aunque las dictaduras marxistas tienen sus apologistas dentro de la mayoría demócrata (...) pudimos derrotar la concesión de créditos a los opresores del pueblo cubano”.

Para asistir a la Tercera Conferencia Empresarial Agrícola Estados Unidos-Cuba, en abril pasado, un grupo de agricultores de la nación norteña viajaron a La Habana y manifestaron su disposición a hacer lo que sea necesario para mejorar el comercio bilateral.

• Aún en tiempos de la administración Trump fue promulgada la Ley Agrícola 2018, la cual incluye una disposición que permite a los productores estadounidenses utilizar programas de promoción de mercado en la Isla caribeña.

Confirmó Paul Jhonson, líder de la Coalición Agrícola Estados Unidos-Cuba que las más recientes estadísticas arrojan que el país caribeño ocupa apenas el lugar 53 en la lista mundial de socios comerciales agrícolas de Estados Unidos, a pesar de que, según datos oficiales, las exportaciones agrícolas a Cuba aumentaron un 88 por ciento del 2020 al 2021.

Para no pocos observadores, la cercanía entre los dos países sería una ganancia en ambas direcciones. Hace más de dos décadas, la Casa Blanca anunció una excepción al bloqueo contra Cuba al permitir la venta de alimentos, pero niega créditos; tal disposición obliga al Gobierno de Cuba a pagar en efectivo los productos adquiridos a los agricultores al otro lado del Estrecho de la Florida.

Algo que podría comprar a poca distancia con menos gasto, se multiplica por las largas travesías y otros factores que encarecen esas importaciones, porque, en medio de una persecución financiera sin precedentes, la nación antillana debe hacer malabares para adquirir cualquier mercancía destinada a satisfacer necesidades de su pueblo.

El bloqueo, en la práctica, sigue intacto, y, por lo tanto, las trabas al comercio también, a pesar de que el presidente Joe Biden prometió —en tiempos de su candidatura demócrata— retomar el camino del entendimiento con Cuba, que comenzó en la última etapa del gobierno de Barack Obama, de quien fue su vicepresidente.