Si me preguntan, no dudo en responder: el partido ante Colombia se perdió desde que, en los análisis de pre competencia, los directivos del béisbol admitieron que Cuba era favorito para ganar en los Juegos Panamericanos, de Lima, Perú.
Fue por eso que, cuando este lunes la pizarra final reflejó un 6x1 favorable al rival, no entendí a los que se sorprendieron y si al que un día escribió: Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto.
Porque ya en esta lid Panamericana, había que saber que la historia de las últimas confrontaciones internacionales del béisbol cubano no podía llevarnos a la convicción de que el equipo de Rey Vicente Anglada era el favorito para llevarse el triunfo.
No digo que no pueda ser titular, pero darle desde ya la responsabilidad de ser campeón, es algo que solo pudiera entenderse si regresáramos a los tiempos de Cuba versus el béisbol amateur. Y ya eso dejó de existir.
De esta nueva derrota, reconocer que los nuestros solo conectaron cinco imparables, dos de ellos salidos del bate del avileño Raúl González y que también es de aplaudir la labor de otro Tigre, el primer relevista Vladimir García, quien trabajó en tres entradas y dos tercios sin carreras y solo dos cohetes permitidos.
José Calero fue el abridor de los cafeteros y en seis entradas y un tercio de labor solo le pegaron cuatro hits, mientras que los relevistas Ronald Ramírez, Luis Yandis, Jaider Rocha y Horacio Acosta estuvieron inmensos.
Por los antillanos comenzó en la lomita Lázaro Blanco a quien le conectaron dos jonrones para tres anotaciones y a la postre cargó con el fracaso. También trabajaron Pedro Álvarez, Frank Luis Medina y Wilson Paredes.