“Incluso en un período particularmente difícil para el abastecimiento como el 2023, Eisten Gil Ramírez, donante especial de plasmaféresis en el municipio cabecera, recibió el suplemento nutricional asignado para personas como él, que entregan algo tan sagrado como la sangre”. Así daba comienzo la carta abierta publicada el 3 de febrero de este año, con el título Con responsabilidad se paga.
Y continuaba: “Una vez al mes podía adquirir dos kilogramos de pollo, uno de pescado, una libra de aceite y una bolsa de leche en polvo. Cuando en septiembre y octubre no llegó la leche en polvo, esperó que en noviembre sí lo hiciera. En diciembre (…) le dijeron que la leche disponible era solo para los donantes del mes de diciembre y no pudo dejar de sentir que las cuatro entregas de plasma que él hizo entre septiembre y noviembre, ante la medida burocrática de Comercio, perdían el valor.
“Eisten se pregunta, con toda la razón, por qué no se repone el faltante, si en diciembre se supone nadie donó. Su caso es el de, al menos, otros 32 donantes en el municipio cabecera, que merecen lo que les corresponde”.
Luego de cuatro meses, Lázaro E. Granados Gelenián, director general del Grupo Empresarial de Comercio en Ciego de Ávila, remite a este semanario una escueta misiva en la que refiere que “en la investigación realizada con directivos de la Empresa Municipal de Comercio se pudo comprobar que la bodega La Paz, que presta este servicio, no tiene responsabilidad en cuanto a lo planteado, ya que solo somos un mediador entre el suministrador y el cliente.
“En los meses de septiembre, octubre y noviembre —exactamente como expuso el afectado donante de plasmaféresis— no fue situado el producto leche para cubrir el suplemento nutricional asignado a estas personas, y en diciembre sí se situó leche para los que habían realizado donación en el mes, recibiéndose además pollo y aceite para ese programa”.
Al parecer hay cabos sueltos en la investigación, porque la respuesta solo ratifica lo planteado por el donante, pero no se responde a su principal interrogante: ¿Por qué no se repone el faltante, si en diciembre se supone nadie donó?
Si el Grupo Empresarial de Comercio, que rige la actividad comercial hacia el interior de la provincia, según sus propias palabras es “un mediador entre el suministrador y el cliente”, entonces ¿quién tiene que proporcionar el necesario alimento a ese cliente?
Valdría la pena que se analice con mayor profundidad el problema, para que se ofrezca una respuesta integral, y una alternativa o solución a los 32 donantes en el municipio cabecera, para que los familiares y pacientes necesitados de plasma no tengan una preocupación más.