Patio insalubre

En palabras del Primer Ministro de la República de Cuba, Manuel Marrero Cruz, durante la reunión de balance del Sistema de Atención a la Población, efectuada en mayo pasado, “la atención a la población requiere de una alta responsabilidad, pero también de sensibilidad; esta no es una actividad voluntaria para desarrollar por los organismos, es una obligación, según la Constitución de la República de Cuba y las leyes”.

Pero no siempre sucede así. A nuestra Redacción llegó una carta del combatiente del Ejército Rebelde René Montoto López, quien reside en la calle Narciso López, No. 510, entre Isabel y La Guajira, en la ciudad de Ciego de Ávila, en la que este anciano de 92 años nos cuenta: “En mi casa se respira un aire nauseabundo pues resulta que, al lado, hay una fosa en la que desaguan cinco viviendas, que se bota indiscriminadamente.

“Los vecinos hablaron con el chofer del carro desobstruccionador y nos alegramos mucho, cuando, en menos tiempo del esperado, vino. Pero la felicidad nos duró poco, el agua inyectada a presión para solucionar la tupición, salió hacia el patio de mi casa, junto a los excrementos y un líquido negro y pestilente, y allí se mantiene, por lo que no podemos salir a él, hace ya casi dos meses.

“Mi esposa llamó a la Dirección de Higiene y Epidemiología, y a la vivienda se presentó la directora, con un documento firmado por La Pera, como constancia de que había despachado el problema contado por mí, en la Unidad Empresarial de Base municipal de Acueducto y Alcantarillado”.

Pero, al parecer, de esa entidad no vino nadie, ni a ver cómo los mosquitos, otros vectores que se alimentan de esa pudrición, y las aguas albañales, se han adueñado del patio de la casa de Montoto. “También, como estuve enfermo con el virus al que llaman Oropouche, vino el director de la Oficina Provincial de Atención a Combatientes, le mostramos y planteamos el problema, y tampoco se solucionó.

“El pasado 30 de septiembre se efectuó la Asamblea de Rendición de Cuenta del delegado Noslén Noa a los electores de nuestra circunscripción. Allí, aunque no había organismos participando, hicimos el planteamiento, pero nadie lo recogió en acta y el propio delegado nos sugirió visitar el consultorio y plantear el problema a la doctora, para que ella enviara, al menos, a fumigar el área.

“Amanecimos al otro día visitando el lugar; la galena, incluso, visitó nuestra vivienda, vio la situación que tenemos, con el patio lleno de podredumbre, con aguas negras y un olor insoportable, que ni tender la ropa podemos, porque allá afuera no se puede salir, pero no se ha resuelto nada, ni tan siquiera la fumigación. Mi esposa habló con quien atiende Higiene en el Policlínico Norte y quedó en mandar a dos personas que evaluaran la situación”.

Han pasado dos semanas y todavía nadie se ha acercado a la vivienda de Montoto para tomar alguna acción que solucione definitivamente la insalubridad existente allí y en las viviendas colindantes, donde habitan niños pequeños y otras personas de la tercera edad.


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