Zátopek, la locomotora humana

• “Un atleta no puede correr con el dinero en sus bolsillos. Debe trabajar con la esperanza en su corazón y lo sueños en su cabeza”, sentenció el extraordinario corredor de fondo, de nacionalidad checa, Emil Zátopek (1922-2000), considerado como Héroe Nacional de su país por los extraordinarios méritos deportivos.

Se le conoció internacionalmente como La locomotora humana o La locomotora checa. Fue una leyenda en la historia de las competiciones olímpicas, al convertirse en el único humano en ganar en la cita de Helsinki, celebrada en 1952, las preseas áureas en los 5 000 y 10 000 metros, y también en la exigente prueba de maratón.

En 1951 rompió la marca de menos de una hora en carrera de 20 kilómetros, y en 1954 hizo trizas la barrera de los 29 minutos en los 10 000. Zátopek fue siempre muy exigente en sus entrenamientos, y está considerado como uno de los más grandes corredores de la pasada centuria. Compitió en 334 carreras, en las cuales obtuvo 261 triunfos y estableció 18 marcas mundiales en diferentes distancias.

• Un oasis es un espacio cubierto de vegetación en medio del desierto, y su existencia está subordinada a la presencia de agua, generalmente subterránea. Forma algo así como una pequeña isla verde, muy a pesar de las condiciones que impone el clima desértico. Domina en el paisaje la palmera, a cuya sombra crecen con frecuencia árboles frutales como la higuera y el granado.

• El paguro es un crustáceo decápodo común en todos los mares, que recibe el nombre común de ermitaño. Tiene el abdomen blando y arrollado en espiral. Desde pequeño se apodera de la concha de un molusco muerto, en la que introduce el abdomen para protegerlo; y cuando su cuerpo crece, entonces busca otra concha mayor y se cobija en ella.

 • Sepa que la cultura de un pueblo está en razón directa con su protección al árbol. El que planta un árbol realiza una obra buena; pero el que lo destruye sin necesidad alguna, es un ignorante y un malvado.

• Las flores abren sus pétalos solo durante los períodos en que los insectos capaces de portar su polen fertilizador pueden cumplir tal función. Así vemos que, para proteger su propio polen, cierran sus pétalos cuando los insectos, por falta de luz o por la inclemencia del tiempo, no pueden acercarse a ellas.


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