Tomada de 4to40: Kids Portal for Parents “Una ecuación no tiene para mí ningún significado, a menos que exprese un pensamiento de Dios”, sentenció el matemático indio Srinivasa Ramanujan (1887-1920), quien está catalogado, dados sus conocimientos y aportes realizados a esa ciencia “como uno de los matemáticos más grandes de todos los tiempos”.
Su estirpe de superdotado afloró siendo apenas un adolescente. Debo decirles, a quienes lean esta breve reseña en la gran Red de redes, que el genio tuvo una cuna en extremo humilde. Un dato curioso es que de una numerosa prole engendrada por sus progenitores, él fue el único que sobrevivió a la niñez.
Se conoce que Srinivasa recibió una estricta educación religiosa (tal era la tradición) en la cultura brahmán y sobresale el hecho de que “hasta el último día de su vida tuvo una fe inquebrantable hacia sus principios”, según consigna una de las fuentes consultadas.
Pero un descubrimiento fortuito encendió la chispa de las muchas luces que permanecían ocultas en su cerebro. El hallazgo fue un texto de trigonometría, nada menos que avanzada, del autor S. L. Lorsy. Y, asómbrense: la dominó cuando tenía ¡13 años!
Pero subió la parada a los 15, cuando obtiene una copia de la Sinopsis de matemáticos puros. Ese texto, contentivo de variados teoremas, puso a prueba la genialidad del jovencito quinceañero.
Les digo, amables lectores, que en otro par de almanaques ya había desarrollado e investigado los números de Bernoulli y, además, realizado los cálculos de la Constante de Euler-Mascheroni con hasta 15 decimales.
Y ahora ahí les va otro detalle curioso de Ramanujan: él creía, estaba convencido que “sus facultades provenían de una deidad familiar y que era una diosa quien detectaba, en sueños, sus descubrimientos”.
Más adelante en el tiempo, él perdía una beca que le habían otorgado en el centro de altos estudios madrileños por… haber descuidado otras materias a causa de la obsesión por las matemáticas. ¡Vaya uno a saber! Sin embargo, en 1904, en la Twon Higler Secondary Scool, hasta fue premiado. Así son los genios.
Les cuento que Srinivasa Ramanujan pasó algún tiempo sin empleo. También se casó. Un alma noble y caritativa, impresionada por su destreza en las matemáticas, le tendió la mano y lo apoyó durante cierto tiempo. Se sabe que al cabo se agenció un trabajo administrativo.
Se reseñó en una breve información que sus contradicciones resultaron vitales para el análisis matemático de la Teoría de números y las fracciones continuas.
Publicó algunos trabajos. También le facilitaron un par de becas, en Madras y Cambridge, respectivamente. Él no estuvo exento de sufrir prejuicios racistas e incomprensiones; no obstante, resultó elegido como miembro de la Sociedad Matemática de Londres. En Inglaterra colaboró con Harley en algunas indagaciones.
Y ahí les va otra de las curiosidades sorprendentes: él obtuvo los conocimientos matemáticos por sí mismo, lo que sorprendía a sus instructores. Otra fuente precisa que, aunque él no estaba al día en cuanto a nuevos avances en el mundo de los números, resaltan que su dominio en las fracciones continuas, “no fue igualado por ningún matemático vivo”.
Baste apuntar que laboró en varios temas, con éxito: la Serie de Reimar en las Integrales elípticas, en las series hipergeométricas, las Ecuaciones fraccionales de la función Zeta y en su propia teoría de las series divergentes.
Reconocido como genio, dejó tres cuadernos y montones de páginas, con resultados que los matemáticos continuaron verificando mucho tiempo después de su muerte.
Curiosidades
• Bucéfalo, amigos y amigas internautas, ha sido uno de los equinos más famosos en la historia. Relatos llegados a la actualidad dan cuenta de que jinete del brioso ejemplar y su domador fue nada más y nada menos que Alejandro Magno, el gran conquistador. Montando al noble bruto, Alejandro conquistó países colindantes con el mar Meditérraneo, el Egeo y el Golfo Pérsico. Así las cosas, llegó desde Grecia hasta la India.
• El plato o bandeja de madera con que se avienta el arroz, es identificado con la voz “balay” en Cuba.
• Violeta Parra es el nombre artístico de la reconocida folclorista chilena Violeta del Carmen Parra Sandoval (1917-1967). La destacada fémina, integrante de la familia Parra, fue una de las principales estudiosas y cultoras del folclor en América del Sur; además de una excelente divulgadora de la música popular de su país.
• “La inteligencia es más rara de lo que se piensa”, es, sin duda, una aguda sentencia de la autoría de Federico II el Grande, rey de Prusia (1712-1786).