Robert Koch, y la microbiología médica moderna

koch1Tomada de Biografías y vidas Al destacado bacteriólogo alemán Robert Koch (1843-1910) se le considera como padre de la bacteriología, junto al también insigne científico francés Louis Pasteur, y, además, también como la persona que “sentó las bases de la microbiología médica moderna”.

Por si este aporte a la humanidad fuera poco, les adelanto, que, investido de extrema humildad, fue él quien descubrió las bacterias que provocaban el carbunco (también llamado ántrax maligno)y la tuberculosis.

Debo decirles, a las amigas y amigos que disfrutan de estas líneas, que no siempre Koch se dedicó a la indagación. Luego de graduarse en la especialidad de Medicina, la practicó durante varios años.

De auxiliar en un hospital por un corto espacio de tiempo, se entregó el joven galeno al ejercicio profesional de lo aprendido en la academia, en centros de asistencia localizados en Hannover y Posnania. Como dato interesante, se sabe que muy rápido le llegó la chispa que encendería el motor de la indagación.

Les precisoque, según breves datos, le atrajo significativamente la atención a “las dolencias infecciosas, sobre todo aquellos vinculados con la septicemia”, así como los que observaba en heridas y además, lo relacionado con la peste bovina y la llamada Enfermedad del sueño.

El estudio de las bacterias casi se convirtió en una constante que, con el transcurso de días, meses y años, le valdrían al acucioso indagador excelente saldos; y les cito: “No solo por sus descubrimientos, sino a causa de las notables mejoras por él introducidas en la técnica de la bacteriología”.

Tal destaque, entre otros, le posibilitó al sabio alemán obtener, por sus méritos, la dirección del laboratorio especialidad del Departamento Imperial de Higiene de Berlín.

Por supuesto que la práctica médica cedió espacio a la pasión por la investigación. Les narro que centró su punto de mira en la tuberculosis y en el cólera. Como es conocido, en el año 1882 descubrió el bacilo de la tuberculosis (el bacilo de Koch). Relevantes también fueron sus aportes a la batalla contra el cólera.

Los reconocimientos a su dedicación también llegaban así; se le vio ocupando la Cátedra de Higiene en el centro de estudios superiores de Berlín. Fue durante esta etapa de su cotidiano bregar, que Robert Koch descubrió la primera maduración efectiva en la cura de la tuberculosis: la tuberculina.

El gobierno imperial reconoció su quehacer, fundó un instituto destinado al estudio de todas las enfermedades infecciosas y una clínica adjunta. Allí continuó su labor, y entre las más sobresalientes figuró lo relacionado con la malaria.

Koch dejó para posteridad varios textos, entre los que resaltan Etiología de la esplenitis y Etiología de la tuberculosis. En 1905 mereció el más alto reconocimiento internacional: el Premio Nobel de su especialidad.

Curiosidades

• “Para el que mira sin ver, la tierra es tierra no más. Nada le dice la pampa ni el arroyo ni el sauzal”, bella sentencia rubricada por el compositor y folklorista Atahualpa Yupanki.

• Recuerden, amigas y amigos que gustan de leer estas breves cápsulas: no se dice “coincidencialmente” ni “coincidentalmente”; lo correcto es escribir “coincidentemente”.

• En abril de 1912, en la capital de todos los cubanos, La Habana, quedó inaugurado el túnel del alcantarillado de la llamada Ciudad Maravilla. Esa magnífica obra está catalogada como una de las siete maravillas del ramo de la construcción en Cuba.

• En la Roma antigua, las practicantes del oficio más longevo del mundo, la prostitución, se vestían con prendas específicas, con las cuales se identificaba al trabajo que entonces realizaban. ¡Vaya usted a saber!

• El graznido de un pato no hace eco. Lo curioso es que nadie ha podido averiguar por qué.


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