Luego de apreciar las brillantes actuaciones deportivas de varias féminas —incluyendo las cubanas— en estos Juegos Olímpicos de París 2024, recordé a una mujer que —como muchas otras— libró una gran batalla para “demostrar” lo que somos capaces de hacer.
Sepan, amigas y amigos de la Gran Red de Redes, que a las mujeres no se nos permitía correr la prueba de maratón. Sí, no se asombre. No fue hasta 1967 que la alemana de nacimiento Kathrine Virginia Switzer (1947) corriera oficialmente en Boston. No fue sencillo lograrlo y menos aún finalizar la carrera.
Les cuento que la pasión por el atletismo venía de lejos. Siendo una niña, su familia se trasladó a EE. UU., y cuando en el colegio pensaba apuntarse a un grupo de animadoras, su padre le dijo: “Tú no tienes que animar a los demás. Los demás tienen que animarte a ti”.
Ese fue el detonante para que —con 12 años— empezara a correr. En la universidad se apuntó al equipo de atletismo y conoció a Arnie Briggs, su entrenador y mentor. Entusiasmada, le habló de correr largas distancias, pero recibió una negativa. Las pruebas para las mujeres tenían un límite de 2,4 kilómetros.
Sin embargo, amigos internautas, el entrenador Briggs le prometió que si lograba acabar una carrera de larga distancia, aunque fuera en los entrenamientos, él mismo la apuntaría en el maratón de Boston. Un sueño que tenía Kathrine Switzer, después de escuchar lo que le contaba, de la competición, un voluntario.
En numerosos artículos en Google se dice que, decidida a lograrlo, se dedicó en cuerpo y alma a su preparación, y diariamente entrenaba para alcanzar su sueño, y lo hizo tan bien que su mejor récord fue recorrer 49 kilómetros, ¡siete por encima de la gran prueba de atletismo!
Así las cosas, al entrenador Briggs no le quedó de otra que cumplir lo prometido, pero los organizadores no pensaban permitirlo. Esta era una prueba exclusivamente para hombres —dijeron—; las mujeres no tenían la capacidad física para correr 42 kilómetros. Pero, en un tiro de ingenio, la apuntó oficialmente como K. V. Switzer. No hubo oportunidad de rechazar su inscripción.
Con esta pequeña trampa y debido a que el formulario de inscripción no pedía indicar sexo —ya saben por qué—, acudió a la línea de salida. No iba a permitir que alguien quisiera echar su trabajo por tierra por ser femenina, por lo que, en ese momento, pensó: “Voy a terminar la carrera arrastrándome o a gatas si es necesario; porque si no la acabo, nadie creerá que las mujeres pueden hacerlo”.
Justo antes del disparo de salida, se desprendió de la sudadera que traía y comenzó a correr. Luego de cuatro kilómetros recorridos, un comisario de carrera se dio cuenta que una fémina estaba corriendo el maratón ¡y que llevaba un dorsal!; inmediatamente gritó: ¡Sal de mi carrera y devuélveme el dorsal!, ella no hizo caso y continuó corriendo.
Entonces, Jock Semple —así se llamaba el comisario— se abalanzó sobre ella para empujarla fuera de la carrera, pero tropezó con Tom Miller, el novio de Kathrine, que le impidió llegar a ella. Este instante fue capturado por el lente de los fotógrafos —siempre a la expectativa.
Se sabe que varios fueron los momentos de tensión durante las cuatro horas y veinte minutos que pasaron para que Kathrine cruzara la meta y se convirtiera en la primera mujer en lograr correr, de forma oficial, un maratón.
No sería justa si le quitara el mérito a Roberta (Bobbi) Gib, quien, un año antes, había corrido en esta misma competencia, pero sin inscribirse; y ya saben ustedes, amigos internautas, que solo cuenta cuando llevas tu propio dorsal. No hubo reconocimiento alguno.
Conozcan las amigas y amigos que gustan de estas reseñas que, más que acabar un maratón, Switzer demostró al mundo que las mujeres podían correr carreras de larga distancia como los hombres y que los prejuicios estaban alejados del espíritu del deporte.
Continuó corriendo luego de esa carrera, y ganó el maratón femenino de Nueva York en 1974 y, en 1975 quedó segunda. Su victoria permitió que se hicieran grandes cambios, y en 1984 el Comité Olímpico Internacional incluyera la maratón femenina en el programa olímpico.
Por otra fuente consultada supe que, además de seguir corriendo, Kathrine Switzer decidió dedicar su vida a fomentar la igualdad de género en el deporte. Estuvo recorriendo federaciones durante años, organizando competiciones para mujeres en varios países del mundo, rompiendo mitos sobre el “sexo débil”, motivando a mujeres para creer en ellas mismas, en su valía y en sus capacidades.
Y… ¿qué sucedió con el dorsal con el número 261 con que corrió Switzer en 1967? Ah, pues les digo que pasó a la posteridad, se convirtió en símbolo de igualdad, de inspiración, motivación y empoderamiento. Hoy se puede ver en murales, carteles, manifestaciones, e, incluso, tatuajes.
Sepan que, Kathrine Switzer ha escrito varios libros, ha sido comentarista de televisión y es fundadora de una organización global sin ánimo de lucro que trabaja para crear oportunidades para las mujeres: 261 Fearless, la cual impulsa la inclusión en el deporte y programas educativos.
Cruzar la línea de meta en Boston no fue el final para Switzer. A sus 70 años, volvió a correr el maratón de Boston, 50 años más tarde de su primera maratón, y… ¿saben qué? ¡llevó su dorsal 261! así como zumba y suena.
Se ha mantenido en esta carrera de fondo por la igualdad; porque nos queda seguir corriendo, saltando barreras, superando obstáculos... Y, sobre todo, haciendo equipo, todas y todos, el camino hacia la igualdad está más cerca.
Curiosidades
• Sepan, amigas y amigos que disfrutan estas pequeñas cápsulas, que el buceo libre requiere una conexión con la mente y el cuerpo para controlar la respiración y conservar la energía. Muchos buzos libres encuentran en esta actividad una experiencia de relajación y paz interior.
• “Nunca abuses del poder humillando a tus semejantes, porque el poder termina y el recuerdo perdura”, acertada sentencia rubricada por quien fuera presidente de México, Benito Pablo Juárez García (1806-1872).
• El ping pong no solo consiste en pasar la pelota de un lado a otro. Sí, como lo leen, resulta que, practicar este juego requiere perspicacia visual, agilidad mental y muchos reflejos, pues se practica en un espacio reducido, por lo que la rapidez tanto de movimientos como intelectual es muy importante. Sepan que hay estudios científicos que demuestran que incluso, puede retrasar los efectos seniles en personas mayores.
• Agreguen a su acervo que, gracias a las propiedades balsámicas, expectorantes y antisépticas del pino silvestre, está especialmente indicado en el tratamiento de procesos catarrales, bronquitis, asma, faringitis y sinusitis, solo o combinado con otras plantas de propiedades similares. Además, es un potente antitusivo, proporciona un eficaz alivio en afecciones respiratorias, tiene efectos expectorantes y ayuda a rebajar la inflamación de los senos nasales.
• No solo a los humanos nos gusta tomar un poco más de alcohol del necesario de vez en vez; si amigos internautas, que no les asombre, eso es bastante común en varias especies de mamíferos. Pero también le puede ocurrir a las aves de manera involuntaria.