• “Las oportunidades pequeñas son el principio de las grandes”, breve y enjundiosa sentencia de la autoría del más ilustre de los oradores atenienses: el griego Demóstenes (384-322 a.n.e.).
Sobre algunas de las características que aplicaba este destacado tribuno, versa esta pincelada. Demóstenes, al parecer, no había sido bien dotado por la madre naturaleza para los combates verbales. Así, emprendió, de manera pertinaz, un grupo de vitales acciones personales, para formar su voz, fortalecer su pecho y corregir sus ademanes.
Declamaba largas horas con la boca llena de pequeñas piedrecillas, iba a la orilla del mar para oponer su voz a los mugidos de las olas, para —según decía— acostumbrarse al tormento de las asambleas populares, e incluso llegó a colocarse delante de la punta de una espada con el fin de enmendar posturas.
El más grande de los oradores de la antigüedad poseía un estilo puro y conciso, y su elocuencia era tanto más persuasiva cuanto desdeñaba el artificio para ir de manera directa al asunto al tratar. Así arrollaba cualquier obstáculo.
• Sepa que el descubridor de la Ley Periódica de los Elementos Naturales fue el eminente químico ruso Dimitri Ivanovich Mendeleiev (1834-1907) , quien, además, tiene el mérito de haber creado la primera Teoría Química de las Soluciones. Cultivó, también, otros campos de la ciencia, como la meteorología, asuntos relacionados con la aeronáutica, y trabajó en la elaboración de la composición y la fórmula para producir la pólvora sin humo.
• El murciélago, cuya apariencia es la de un ratón alado, es el único mamífero que puede volar.
• No lo olvide, amigo internauta: lo permitido está regido por la ley; mientras que lo lícito tiene como pauta a seguir la idea universal e inalterable del deber.
• Joaquín José da Silva Xavier (1748–1792), más conocido como Tiradentes, fue el caudillo de la independencia brasileña y el promotor de la conspiración de 1789 en el estado de Minas Gerais. Murió ejecutado.
• La archiconocida frase “Lavarse las manos como Pilatos” (o como Poncio Pilatos), se emplea cuando se quiere dar a entender que se declina la responsabilidad de un determinado asunto.