Que 45 años no es nada

¿Será que el tiempo se congeló o será que, para mi bien, yo no me pongo viejo? No sé, pero en verdad han transcurrido cuatro décadas y media y tengo la impresión de que fue ayer cuando asistí a un acto por el 20 aniversario del periódico Adelante, en Camagüey.

Recuerdo que aquel día de enero de 1979 entregaban reconocimientos a los fundadores del diario, y yo, que daba mis primeros pasos periodísticos, no dejaba de admirar a los que ya acumulaban tanto tiempo entre el olor a tinta y el sonido de los telex de la época.

¡Nada menos que 20 años! Eran muchos, pero muchos años para un jovencito veinteañero, enamorado del periodismo y con unos deseos de hacer enorme.

De aquellos meses en Adelante guardo los mejores recuerdos. Allí aprendí interioridades de este oficio, rodeado de “viejos lobos” que me enseñaron no pocos secretos del mundo noticioso.

Aquel mismo año, exactamente el 26 de julio, pasé a trabajar en Invasor y comenzó mi nueva vida profesional, de la que ahora mismo no voy a contar y que solo resumo que ha sido con un amor acendrado. Invasor y yo nos entendemos. Nos amamos.

Este 25 de julio fui invitado a la gala por el 45 aniversario de mi periódico. Recibí un cuadro, como reconocimiento a los 45 años en sus filas y a mi mente vino, recordé, aquel día de homenaje por los 20 años de labor de mis colegas en Adelante. En verdad, ni 20, ni 45 años son nada. Ya imagino el próximo acto, dentro de 45 años más. Allí estaré.


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