Niños en clínica de Ciego de Ávila: La felicidad de los dientes

Como los niños casi nunca aprenden a disimular y cuando lo hacen ya dejaron de serlo, es muy fácil descubrirles la felicidad: siempre está en los dientes…y, en el “peor” de los casos, la esconden en los ojos, pero se les nota tanto tanto que terminan por irse de boca y sonríen.

Por eso incomprendí al inicio la algarabía despampanante que escuchaba desde los pasillos de una clínica dental donde hasta los grandes suelen andar en silencio, por temor a abrir la boca. Pues parecía que aquellos niños habían dado un jonrón con tres hombrecitos en base y que las impulsadas abrían el marcador en el noveno, cuando el contrario ya no tendría turno al bate: victoria de Los Tigrecitos que esta vez disfrutarían de una felicidad completa, con dientes sanos y sonrientes.

Obviamente ninguno se había creído el cuento de que la clínica estomatológica docente Dr. Luis Páez Alfonso era un lugar para andar con miedos, quizás porque allí mismo estaban reunidos con los niños de la casa sin amparo familiar, jugando a aprender sobre higiene bucal. La payasita Payasina hablaba de chuparse los dedos, de sobredosis de caramelos, de no querer cepillarse tanto ¿cuatro veces?...y una doctora la corregía mientras los pequeños respondían a sus consejos. Hubo, incluso, quien tuvo que demostrar su cepillado, cómo hacerlo con las muelas… y en la lengua.

No hizo falta que supieran que hoy es el Día de la Estomatología Latinoamericana, que aquello era (y es) la III jornada que desarrolla la institución por barrios y comunidades y que culmina este 3 de octubre. No, para ellos la estomatología es un lugar adonde ir cualquier mañana y, de paso, divertirse y aprender. Eso sí lo saben ya.

Tenían tantas garras esos tigrecitos que cuando llegaron a los sillones estomatológicos abrieron sus bocas muertas de risa. ¡Qué felicidad…y valor el de ellos!

Vea aquí un reporte televisivo sobre el hermoso proyecto de Los Tigrecitos


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