En lo que va de 2024, seis municipios de Ciego de Ávila no han tenido que lamentar muertes de menores de un año
Algo que es un sueño para la mayoría de las naciones en el mundo, es ya una realidad en lo que va de año en esta provincia, al mostrar una tasa de mortalidad infantil de 3,2 fallecidos por cada 1000 nacidos vivos, por lo que marcha entre las punteras del país en ese indicador.
En las instituciones médicas del territorio se han reportado 1500 nacimientos, y 11 fallecimientos menos que en igual período de 2023, precisó Belkis Pérez Falcón, responsable del Programa Materno Infantil (PAMI) en Ciego de Ávila.
Para que la provincia pudiera alcanzar tal logro ha sido fundamental la labor en los municipios de Chambas, Morón, Bolivia, Florencia, Ciro Redondo y Venezuela, que no han tenido que lamentar muertes en estos meses.
Pero es evidente también que el PAMI esta vez ha sacado mejor partido a la alianza entre la atención primaria y secundaria de Salud; al seguimiento a las embarazadas con enfermedades crónicas no trasmisibles, y a la labor en los hogares maternos y consultas especializadas, destacó Pérez Falcón.
No son desdeñables tampoco los logros del Servicio de Neonatología en los hospitales provinciales generales docentes Doctor Antonio Luaces Iraola —en la cabecera provincial— y Roberto Rodríguez —en Morón.
A tales resultados debe agregarse que disminuyeron las defunciones en menores de un año por malformaciones, debido a los diagnósticos prenatales realizados de manera oportuna.
En el último lustro, con excepción de 2021 —en que se alcanzó una pobre tasa de 13,8—, la provincia muestra estabilidad en este indicador, pues siempre se ha comportado con dígitos situados entre 6 y 7,5.
Al término de 2023, los municipios de Primero de Enero y Majagua se ubicaron entre los 25 que en todo el país no reportaron muertes de menores de un año, comportamiento que contribuyó al descenso anual de la mortalidad infantil a 7,1 por cada 1000 nacidos vivos en el nivel nacional y a 7,5 en el provincial.
Cuba cumple y sostiene las metas de la Cumbre Mundial a Favor de la Infancia, dirigida a conservar la tasa de mortalidad infantil por debajo de 8 por cada 1000 nacidos vivos, propósito alcanzado desde el año 2000.