Invasor dialogó con el Doctor Osvaldo Ivañez González, Director provincial de Salud en Ciego de Ávila sobre cómo ha respondido la provincia a la epidemia de COVID-19 y los retos por delante
De alguna manera, el manejo de la epidemia de dengue el pasado año preparó al Doctor Osvaldo Ivañez González para lo que vendría. Aunque, a decir verdad, nadie sabía lo que vendría. La COVID-19 no nos tomó literalmente por sorpresa, pero puso a prueba cada componente del Sistema Nacional de Salud y también a las estructuras de gobierno.
El desafío ha sido mayúsculo, sin precedentes. El desafío, por si fuera poco, llegó en el peor momento para la Economía cubana, esquilmada durante décadas por el bloqueo estadounidense y maniatada por años de ineficiencia, improductividad en algunos sectores y no despreciables dosis de corrupción que están saliendo a la palestra pública, ahora con más asiduidad.
En medio de todo eso un coronavirus desconocido y peligroso tensó las cuerdas del país y, si no se han roto es porque, ya se ha dicho, el material del que estamos hechos se dobla pero no se quiebra.
Camino a su tercer mes de epidemia, Cuba ha logrado controlar al “bicho” y la curva sigue bajando. También en Ciego de Ávila, aunque en los últimos 15 días hayamos tenido unos pocos sobresaltos. En sentido general, confirma el Director provincial de Salud, Doctor Ivañez, la provincia se ha comportado dentro de los cálculos iniciales.
“Con excepción de los tres fallecidos, porque creemos que se pudieron evitar estas muertes, si se hubiesen detectado a tiempo. Pero por lo demás, el acumulado de 96 casos confirmados está entre lo que se estimó podría suceder. Hoy ya tenemos 89 altas médicas y los cuatro ingresados en Camagüey mantienen una evolución satisfactoria.”
―Mantener controlada la trasmisión del SARS-CoV-2 no ha sido cuestión de coser y cantar. ¿Cómo se preparó el territorio para enfrentar esta situación epidemiológica?
― Además del Plan Nacional para el Enfrentamiento a la COVID-19, el Consejo de Defensa Provincial elaboró también su plan de medidas. En función de esas indicaciones organizamos y creamos facilidades para centros de aislamiento para sospechosos, contactos y viajeros. Cada municipio tiene un centro para dar respuesta a estas necesidades. Eso nos permitió una amplia capacidad de aislamiento y recolectar más de 5 200 muestras para PCR-RT y más de 4 000 pruebas rápidas.
“En el momento más complejo, a principios de abril, la provincia llegó a tener una cifra superior a las 1 000 personas aisladas. Ciego de Ávila, Venezuela, Florencia y Morón fueron los territorios que más aislaron sospechosos y contactos, lo cual coincide con las localidades donde tuvimos eventos de trasmisión.
“Desde el primer momento se aseguró lo necesario para los centros de aislamiento, entiéndase alimentación, avituallamiento (sábanas, detergente, jabón), además de la reparación de locales, porque algunos necesitaban modificaciones y arreglos. ¿Existieron problemas?, sí, no podemos mentir. Pero se subsanaron en su momento, se corrigió lo que debía ser corregido y, por ejemplo, al abrir el centro de Ceballos 8 lo hicimos de la mejor manera.
“Atendiendo al desarrollo de la epidemia, hemos ido reagrupando las capacidades y hoy solo se mantienen abiertos los centros de aislamiento ubicados en la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez y Ceballos 8.
“Nuestra provincia y el país están en un contexto muy difícil desde el punto de vista económico. No es secreto que tuvimos que acudir, incluso, a algunas reservas para garantizar el bienestar de la población. En estos momentos estamos calculando el gasto total y, aunque no tenemos una cifra definitiva aún, sabemos que será mucho mayor a otras epidemias, como la del dengue.”
― Esa preparación para minimizar los efectos de la pandemia conllevó, asimismo, a la reorganización de los servicios médicos de los dos hospitales de la provincia. El propio Ministro de Salud José Ángel Portal informó que se suspendían operaciones electivas y otras atenciones consideradas no vitales. ¿De qué manera Ciego de Ávila garantizó combatir la epidemia y, al mismo tiempo, continuar velando por la salud de la población?
― La provincia cuenta con dos hospitales provinciales, uno en la ciudad cabecera y otro en Morón. Cuando el país decidió suspender los servicios que no fueran vitales, nos reorganizamos de manera tal que no se afectaran atenciones prioritarias como las hemodiálisis, los tratamientos oncológicos o cardiovasculares.
“Desde el primer momento se aseguró el cuadro básico de medicamentos para la COVID-19, nunca tuvimos faltas en estos fármacos, de hecho no fue necesario utilizarlos todos, así que contamos con reservas. Como dije, se mantuvieron las hemodiálisis, tomando siempre todas las medidas de seguridad; también las cirugías de urgencia y oncológicas.
“Al unísono, aumentamos la proyección comunitaria de las consultas especializadas y nos preparamos para que en cada municipio los policlínicos asumieran la mayor cantidad de atenciones, y así evitar los traslados hacia la capital provincial y la sobrecarga de estas instituciones. Asimismo, se garantizó el transporte para los turnos médicos en Camagüey, La Habana y Santa Clara.
“Cuando se nos indicó preparar el Hospital Provincial Roberto Rodríguez de Morón para la tercera etapa, si fuera necesario, entonces trasladamos algunos servicios hasta el hospital Antonio Luaces. En la instalación moronense se repararon 13 salas y la cocina comedor, por lo que ahora allí cuentan con mejores condiciones. Afortunadamente no ha sido necesario ingresar pacientes con COVID-19.
“No obstante, derivamos para Morón todas las enfermedades respiratorias identificadas en la provincia, garantizando las medidas de protección y bioseguridad. Ahora estamos regresando a la normalidad, por etapas, para no apresurar nada. Comenzamos por el programa materno infantil y culminaremos el fin de semana con el servicio de Neurocirugía.”
― Se ha informado que 15 profesionales de la Salud de nuestra provincia, entre médicos, enfermeros y personal del SIUM, se han contagiado. Es comprensible, partiendo del hecho de que ellos están en la primea línea del enfrentamiento a un coronavirus altamente contagioso. En ese sentido, ¿qué valoraciones puede hacer sobre el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad?
― Como bien dices, hasta la fecha son 15 los trabajadores de la Salud contagiados, aunque no todos se infectaron durante el ejercicio de sus funciones sanitarias. De ellos 10 son médicos, cuatro enfermeros y un Licenciado en Anestesia; nueve hombres y seis mujeres.
“Desde el inicio se ha hecho mucho hincapié en la protección y el cumplimiento de las medidas, lo cual ha permitido, primero, que no haya ningún fallecido en el sector y, luego, que no hubiera tampoco complicaciones en la evolución clínica.
“Cuando hacemos los análisis de cada caso siempre encontramos deficiencias en el cumplimiento del protocolo. Hay quien dice que si no tenía careta, pero lo cierto es que con los medios que tenemos a la mano son suficientes para evitar el contagio, pues son los mismos de que han dispuesto el resto de nuestros profesionales y no todos se han contagiado.
“Este tema es de suma importancia para nosotros. Todos los días a las 7:00 de la mañana realizamos una videoconferencia con los municipios donde siempre hacemos referencia a la protección de los trabajadores de la Salud, que son los soldados que tenemos para esta guerra que sabemos vamos a ganar, aunque no podemos confiarnos en este momento.”
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― A inicios de abril la provincia llegó a tener cuatro eventos de trasmisión autóctona limitada en Florencia, Venezuela y dos en Morón. De esos eventos ya se cerraron tres y solo queda activo el de Turiguanó. ¿Por qué luego de más de 50 días de cuarentena continúan apareciendo casos allí? ¿No se cumplió al pie de la letra con las medidas de mitigación y control?
― El 1ro de mayo salió positivo un caso esporádico a partir de un estudio que realizamos en esa localidad. Para entonces ya habían pasado unos 20 días desde el inicio del evento de trasmisión y, por supuesto, entendimos que había que estudiarlo mejor. Nos dimos a la tarea de investigar más a fondo a la población y controlar el cumplimiento de las indicaciones.
“Una semana después se detecta otro caso, con lo cual fue necesario profundizar en la búsqueda. Se estratificó a la población e identificamos a El Aserrío como la zona más vulnerable y de riesgo. Allí realizamos más de 600 PCR-RT en la segunda quincena de mayo y, en total desde que empezó el evento se han realizado 1 197 PCR en una población de 1 670 en cuarentena, o sea, casi al 100 por ciento.
“Pero como señalas, ha sido en un período de 50 días, un tiempo largo en el que es posible que personas positivas y asintomáticas pasen la enfermedad y luego sean negativos. Hemos repetido incluso los PCR porque en una misma familia solo uno es positivo.
“Vimos, además, que había movilidad dentro de la comunidad y que no se estaba cumpliendo con el aislamiento social. El Consejo de Defensa Provincial se reunió con el Consejo de Defensa Municipal e indicó reforzar y controlar todas las medidas. Lo más importante es que la población de ese lugar comprenda que el aislamiento se hace dentro de la casa y que eviten al máximo las salidas innecesarias.
“Esto que estamos viviendo es una trasmisión dentro de otra trasmisión y es porque las medidas no fueron cumplidas con rigor. Creemos que a partir de ahora, con el estudio y los casos confirmados y la intensificación de las medidas, podemos cerrarlo.
“El resto de los eventos transcurrieron sus períodos de cuarentena sin dificultades. Se estudió a la población y se cumplió lo indicado. En las tres comunidades (Florencia, Simón Reyes y Plan Hortícola) se trabajó muy bien y lograron controlar la trasmisión y cerrar los focos.”
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― Cerrar el evento de Turiguanó es vital para la provincia, primero por la salud de las personas y segundo porque allí residen muchos trabajadores del polo turístico, sector clave en la recuperación del país post COVID-19. La localidad, además, tenía todas las “papeletas” para controlar a tiempo la trasmisión porque está aislada naturalmente.
― Así lo analizamos en las reuniones del grupo técnico. En Turiguanó tenemos un número importante de trabajadores de la cayería y de constructores, y sabemos que en el regreso a la normalidad uno de los primeros sectores en echar a andar será el Turismo. No se puede quedar nadie enfermo que luego pueda ser un riesgo para la actividad turística.
“Por eso estamos ampliando la búsqueda, muestreando no solo los contactos de primer, segundo y tercer orden, sino también las personas cercanas.
“Realmente se complicó el evento que parecía más fácil de controlar. Creo que hubo confianza, que se priorizó otras tareas y eventos, y nos sorprendió el contagio en Turiguanó. Pero lo vamos a cerrar, de eso no tengo dudas.”
― Luego de dos meses de epidemia de COVID-19 Ciego de Ávila se adentra en el momento más complejo para las arbovirosis. ¿Qué situación tiene actualmente la provincia? ¿Hay trasmisión de dengue? ¿Cómo llevar a la par las acciones de mitigación y control para dos contingencias sanitarias como estas?
― Hace más de 15 días comenzamos a analizar el tema de las arbovirosis en el Consejo de Defensa Provincial. Explicamos que si en mayo y junio hacemos un grupo de acciones de mitigación, podremos evitar la trasmisión de dengue. Hoy Ciego de Ávila no tiene trasmisión, pero hay cinco provincias del país que tienen un grupo importante de casos.
“Al cierre del 26 de mayo, el territorio muestra una reactividad de 13,7. La reactividad se calcula dividiendo el número de casos a los que se les toma muestra entre los que resultan positivos. En lo que va de este mes 21 personas han sido confirmadas con dengue. Sin embargo, tenemos municipios con una reactividad mayor, aquellos que históricamente presentan trasmisión y se complican: Ciego de Ávila, Ciro Redondo, Venezuela y Baraguá. Eso quiere decir que la enfermedad se está moviendo, de ahí que planteemos comenzar ya con las acciones de control.
“Consideremos que por cada caso de dengue se pueden contagiar otros 15, de ahí que sea imprescindible aislar a los pacientes y sospechosos. Ya se discutió en el Consejo estratificar las manzanas por donde siempre comienza la epidemia en los municipios, poner allí a los operarios con más experiencia, realizar una pesquisa eficiente y aislar los sospechosos. Si cumplimos con esto evitaremos la trasmisión.
“En 2019, aunque no reportamos fallecidos, cinco municipios tuvieron trasmisión y nos costó tres meses cerrarla. Evitarla este año sería ahorrarle al país un grupo de recursos.
“La COVID-19 ha dado lecciones también para trabajar el dengue y ha contribuido a elevar la percepción de riesgo. Los meses más complejos para la provincia son julio, agosto y septiembre. Estamos adelantándonos a ese momento, tal y como se hizo con la COVID-19.”
―Hablando de lecciones aprendidas, ¿cuáles cree son las más importantes? ¿Qué medidas llegaron para quedarse?
― Creo que la primera lección que nos ha dejado la COVID-19 fue la unidad. La manera cohesionada en que se ha trabajado intersectorialmente es lo que ha permitido poder responder mejor a una epidemia de esta magnitud y naturaleza.
“Una segunda es la previsión, las acciones con oportunidad. Trabajar por un plan que se adelante a los acontecimientos y que prevea diferentes escenarios. Para la Dirección Provincial de Salud ha sido vital el Puesto de Mando, como epicentro de la información y la toma de decisiones. Creemos que esa estructura se quedará en el tiempo y podrá ser útil para otras epidemias y programas.
“Lo otro que, al menos en la provincia, hemos identificado como necesario es limitar las visitas en el hospital. Eso nos ayudaría a organizar y mantener mejor las instituciones. También la experiencia de llevar a las comunidades una mayor proyección de las especialidades aliviaría a la población y el resto de los servicios.”
― Por último, y quizás lo más importante: al parecer una parte de la población avileña piensa que el peligro ya pasó.
― El pueblo avileño no es indisciplinado, pero sí hay personas que incumplen las indicaciones, que están en la calle innecesariamente. Creo que muchos se están confiando y estamos en un momento crucial. Si queremos controlar de una vez hay que mantener las medidas.
“Las colas no podremos eliminarlas por ahora, pero hay que aprender a hacer la cola, mantener la distancia, desinfectarse las manos y las superficies. Consideramos que hay un segmento de la población que se está confiando, que sale entre las 8:00 y las 4:00 de la tarde como antes de la COVID-19, que se reúne en el barrio, se sienta en la esquina a jugar dominó y que está poniendo en riesgo lo logrado hasta ahora.
“Quiero antes de terminar reconocer el trabajo y la entrega de todos los profesionales de la salud de nuestra provincia. Tenemos personas trabajando más de 12 horas diarias y han sido muchos días de esfuerzo y sacrificio. A todos ellos el aplauso en las noches y el agradecimiento. No perdamos de vista, sin embargo, que la mejor muestra de gratitud es cuidarnos y cuidarlos.”
Los integrantes del equipo multidisciplinario del Puesto de Dirección Provincial de Salud Pública desempeñan una función estratégica en la contención de la #COVID19.#CubaPorLaSalud #CubaSalva #QuédateEnCasa pic.twitter.com/UL4Cwug0GQ
— Osvaldo Ivañez Gonzalez (@IvanezOsvaldo) May 16, 2020