Quizás sumen miles las toneladas de cobre, bronce, aluminio, acero inoxidable… que han pasado por sus manos enguantadas durante el transcurso de más de 20 años de labor en la brigada de la nave de metales no ferrosos de la Empresa de Recuperación de Materias Primas de Ciego de Ávila.
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Lejos estaba de imaginar Paula Giró Andreuu que eso sucedería cuando comenzó su faena en esa entidad el 20 de febrero de 1995, el mismo día de su cumpleaños 35.
Empezó como auxiliar general, cubriendo la plaza de una compañera que salió de licencia. “Era la encargada de limpiar toda el área donde están las oficinas. En esa labor estuve como un año”. Después pasaría a trabajar un lustro como pañolera en el taller automotor, con la responsabilidad de entregar cuanto necesitaran los mecánicos.
Dos décadas hace que entró por primera vez a la nave en la que hoy se siente como en su casa. “Me desempeño como operadora de la máquina de prensar laminado y como clasificadora de metales, aunque hago todo lo que sea necesario”.
Es una Mariana de nuestros tiempos que no le teme a las tareas duras ni pesadas, aunque llega el momento en que le duelen los brazos, por la manipulación de la prensa.
Sus 62 años no le impiden llegar cada día sobre las 6:40 antemeridiano y dos minutos después a la nave. Lo habitual es que ella y los otros seis integrantes de la brigada (incluido el jefe) comiencen cada jornada bajando los metales que llegan en los carros de diversas empresas, para dejarlo todo listo e iniciar el prensado a la 1:00 pasado meridiano.
“Si no hay carros para descargar, barremos primero el local y empezamos a clasificar los metales. Abrimos los sacos que tenemos en depósito y vemos lo que se puede prensar.”
Cuida de la máquina como a un hijo: “Esta prensa no se rompe, la lavo hasta con agua. La limpio al terminar cada jornada, primero le paso cepillo y después un trapo, porque eso sí, ella coge mucho polvo, en especial de metal.
“Esta que tengo lleva en explotación aquí unos siete u ocho años. Los mecánicos del taller le dan mantenimiento cada dos o tres meses, vienen y la engrasan, de todo lo demás me ocupo yo”.
Habla con entusiasmo de sus compañeros de trabajo: “Son mi familia, y una familia unida. Estamos más tiempo aquí que en nuestras casas”.
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De Paula destaca Yosbel Castillo Rivero, su jefe de brigada, que “es ejemplar y muy buena trabajadora, la primera en llegar y la última en irse. Es más productiva que muchos hombres. Hace lo que haya que hacer”.
“No falto nunca, tan es así que en mi expediente laboral no aparece ni un certificado médico. También cumplo la guardia obrera”, dice y asevera que cada mes la agrupación aporta lo que está planificado.
Este 28 de abril le fue entregada la distinción Florentino Alejo que otorga el Sindicato Nacional de Trabajadores de Industrias a quien lleva más de cinco años como la mejor trabajadora del Área de Proceso y Venta de la entidad, y está propuesta también para recibir la medalla Jesús Menéndez.
Cuida de que no esté sobrecargada de metales la máquina de prensar
Orgullosa madre de Alexander, Yamiyerkis y Yaimara, seguidora de los Tigres, en el béisbol, y del Barcelona, Messi y Cristiano Ronaldo en el fútbol, es amante de la música romántica y la popular, en especial gusta de bailar con el ritmo de Cándido Fabré.
Este 1ro. de Mayo lo celebrará en las calles de Ciego de Ávila. “Después de dos años sin poder hacerlo, por la situación con la COVID-19, estoy preparada para desfilar junto a mis compañeros y tirar también mis pasillitos de baile proletario, póngalo usted ahí”.
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Si como muchos aseveran, ninguna otra mujer de la provincia opera una máquina de prensar laminados, Paula parece compartir el seudónimo de La única con la inolvidable cantante y actriz Rita Montaner, y a su manera exclusiva, ella también suele bañar las jornadas de labor con las melodías y el baile de quien no pierde el tiempo ni las ganas de vivir.