Enaltecer a las familias

La familia es tan antigua como mutable en sus formas, designación, a la vez que ha cambiado a través de los tiempos, las civilizaciones y las culturas.

Revise cobertura de Invasor al proceso de elaboración, discusión y referendo del nuevo Código de las familias

Ha quedado establecido que la familia humana se agrupa por nexos comunes que se refieren no solo a la sangre, sino, además, a lo ético y espiritual, es decir, la conducta, la educación, la vocación de servicio, el respeto, la solidaridad y un amplio sistema de resonancias sociales.

En El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, título infaltable para adquirir una noción correcta del concepto de familia, que incluye a lo humano, lo animal y lo vegetal, Federico Engels expuso la historicidad, desempeño y proyección en la sociedad de la familia.

Resulta lógico que las familias hayan sido objeto de estudio de muchas de las ciencias, porque en ellas se mantienen vivas y, en otros casos, se avivan tradiciones; también se sintetizan en su mínima expresión las costumbres que luego conforman el acervo cultural de una nación y a través de ellas, se transmiten valores, o contravalores.

Las familias constituyen “las raíces de los pueblos”, así las definió José Martí, quien le concedió altas virtudes y nunca abandonó a los suyos; de su desgarramiento y sacrificios por ella y con ella, dejó constancia hasta su muerte en su copioso epistolario, permanente testimonio de amor y entrega.

Son las familias como las raíces de los pueblos

También destaca la visión universal de la familia desde la perspectiva martiana, consideraba que la familia comenzaba por la sangre, la más cercana, y continuaba por aquella que tejían la amistad, la cooperación y la fraternidad; y concluía con la gran familia humana, la de todos los hombres, donde no existiera explotación, humillación, desigualdades e indignidades. “Patria es humanidad”, escribió alguna vez, y ambos conceptos se entrelazan con el de la familia.

Enseñó el Héroe Nacional que mal puede querer y defender a la Patria, quien no ama, ante todo, los más sagrados lazos que hacen posible al propio hombre, el de la familia primera, que en algunas ocasiones no está conformada por seres humanos biológicamente emparentados, sino por aquellos que, teniendo grandeza de corazón, asumen la ternura y el cariño hacia otros como una función natural.

Hoy el mundo se enfrenta a una profunda crisis de valores éticos y de todo tipo, en la que la ideología neoliberal, el imperialismo y la liberación total del mercado conducen a los hombres a un consumismo salvaje y deshumanizador, y se erigen así en los principales enemigos de la familia. Como dijera Fidel: “Un mundo mejor es posible” y ese mundo puede lograrse si se salva a la familia.

En Cuba no estamos al margen de esa realidad. El artículo 2 de la Constitución de la República establece:

1. El Estado reconoce en las familias la célula fundamental de la sociedad, las protege y contribuye a su integración, bienestar, desarrollo social, cultural, educacional y económico, al desempeño de sus responsabilidades y crea las condiciones que garanticen el cumplimiento de sus funciones como institución y grupo social.

2. Las distintas formas de organización de las familias, basadas en las relaciones de afecto, se crean entre parientes, cualquiera que sea la naturaleza del parentesco, y entre cónyuges o parejas de hecho afectivas.

3. Los miembros de las familias están obligados al cumplimiento de los deberes familiares y sociales sobre la base del amor, los afectos, la consideración, la solidaridad, la fraternidad, la coparticipación, la cooperación, la protección, la responsabilidad y el respeto mutuo.

Código de familiaLa relación de afecto y protección de la niñez en ningún caso debe limitar la formación y desarrollo de la personalidad de los menores

El venidero día 25 estamos convocados al referendo para votar un nuevo Código de las Familias más atemperado a la diversa sociedad de la Cuba de hoy. Porque como espacio primero de socialización para los individuos, la familia es un reflejo y también un medidor de por dónde van las transformaciones sociales.

A la Patria se llega a través de la familia, el sentido de pertenencia, identidad, amor, los afectos, la consideración, la solidaridad, la fraternidad, la cooperación, la protección, la responsabilidad y el respeto mutuo que se ha ido trasmitiendo de una generación a otra.

Vivimos en comunidad: desde el hogar y el barrio —la más cercana e íntima— hasta el país y el planeta, ¿cuántas más cosas se pueden hacer para enaltecer a las familias?


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