En la quinta… y con los mangos

Ciego de Ávila, sábado, 10:00 de la mañana. Hora en que la ropa se tiende al sol, el agua corre por el pasillo y los padres quieren que sus hijos estén en cualquier lugar, menos “atravesao”.

Pero a las 10:00 de un sábado es demasiado pedirles la quietud de un sillón o una cama, y quizás hasta por eso los niños del camino de Jiquí se fueron a acabar con la quinta…y con los mangos, aprovechando que le animaron la mañana.

En calle Quinta, donde la gente sigue diciendo que está en el Camino de Jiquí, aunque lo cruce perpendicularmente, fue el festejo. Y hubo mucho con poco.

Una payasita los guiaba por diferentes ritmos, tal vez para que todo no fuera reguetón. Se movían por orden de tamaño: los pequeñitos, menos, los grandes, más.

Los que se negaban a mover el esqueleto movían las neuronas en juegos de mesa. Y por más que no jugaran sobre una, se las arreglaban para ensimismarse de igual modo.

nino ajedrezAjedrez, damas… a pensar y a jugar

Un heladero se estacionaba sin melodía e igual se le hacía cola para sus barquillas con helado. No importaba el sabor, estaba frío y hacía calor.

 vendiendo heladoEn esa calle, los heladeros no tienen punto fijo. Pasan por allí, si pasan

Los curiosos se detenían a contemplar el ambiente y “coger un cinco” de un sábado tan soleado que hasta los profesores de Deporte, adaptados a la intemperie, iban de mangas largas.

 personasNo fue un gran suceso, pero tampoco una mañana cualquiera. Había que mirar

La bodega, encofrada y a la espera de alguna brigada, anunciaba la feliz paradoja de la mañana: nada de lo que se haga en esa esquina será cosa de un día. La obra terminará en junio. La transformación no será efímera.

 construccion¿El motivo para inaugurar una bodega? Que acerque los productos y les dé seguridad

No obstante, este domingo los niños volverán a acabar “con la quinta y con los mangos”, y no habrá bocinas, helados ni gente de otras calles queriendo espabilarles el fin de semana.

niños Para los niños de calle Quinta y vías aledañas fue un sábado diferente; y de eso seguirán hablando otros sábados después


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