Ciego de Ávila vs COVID: "Esta es mi trinchera"

A veces se tiene la sensación de conocer a alguien de toda la vida, aun cuando la premura del tiempo solo te permite compartir unos minutos a su lado.

El peso que ella lleva hoy sobre sus hombros va más allá de la mochila que debe cargar cuando es llamada para una movilización. No está en la guerra, pero sí en un combate. Un combate cuyas armas se traducen en guantes, nasobucos y desinfectantes. Una batalla que libera en lo que fuese el preuniversitario en el campo Capitán José María Martínez Tamayo (Ceballos 8).

Confieso poner su nombre en el buscador de Facebook para tratar de adivinar el rostro que detrás de tanta tela verde esconde Iliana Fuentes Torres, licenciada en enfermería y, además, la secretaria general de la Filial Provincial de la Cruz Roja Cubana, responsabilidad más que suficiente para ser también una líder en tiempos de pandemia.

Ella es la responsable de su turno de trabajo en este centro de aislamiento, el cual cuenta con una capacidad para 355 pacientes sospechosos a la COVID-19. Junto a ella, un grupo de voluntarios trabajan día y noche para velar por la salud de quienes lo requieren. Son trabajadores de la Empresa de Cítricos de Ceballos y un pequeño colectivo que representa a los 2 mil 099 cruzrojistas del territorio.

Explica Iliana que “nosotros recibimos aquí a pacientes sospechosos asintomáticos de toda la provincia, pero no mezclamos los focos para evitar otros posibles contagiados. Cuando la provincia pasó a la fase 3 de recuperación se mantuvo la vitalidad del centro y eso permitió que este fuese el primer lugar donde remitieron a los pacientes en este segundo rebrote.

“Hemos recibido el apoyo de algunos campesinos y de las minindustrias que tributan a la Empresa de Cítricos de Ceballos. Si me pongo a decir nombres corro el riesgo de quedar mal con algunos, pero nos llega leche, vianda, jugos, refresco, mermelada…”

─ ¿Cómo llevas la responsabilidad de ser esposa, enfermera, cruzrojista…?

─ Nosotros en la Cruz Roja tenemos voluntarios de los 10 municipios de la provincia. Somos personas preparadas para trabajar en zonas de desastres, ya sean naturales, provocados por el hombre o sanitarios, como es el caso de ahora. Todos tenemos nuestro centro de trabajo, pero somos liberados como cruzrojistas.

“Y la familia mía apoyándome, estoy al tanto de ellos. Mis padres aún están vivos, son dos adultos mayores, pero están bien atendidos, no les falta nada. Mi esposo es también un adulto mayor, está en la casa, me apoya mucho y me dice que me cuide.”

─ ¿Cómo se vela aquí por el cumplimiento de la medidas higiénico-sanitarias?

─ Si te das cuenta yo trabajo siempre con doble nasobuco y cuando paso para el área roja extremo las medidas. Lo primero que hacemos cuando un paciente llega es explicarle el reglamento interno: estar en sus cuartos, usar la mascarilla, no ir de una habitación a otra… Siempre hay inconformidades, pero no es la generalidad.

“Aquí hay pacientes que se pasan 10 días, pero otros que han permanecido hasta 21 días como los casos de familias que son contacto directo de un positivo. A esa familia entera se le hace un primer PCR, si al menos uno de ellos sale positivo tienen que esperar 5 días más para volvérselos a repetir al resto. Y si siguen saliendo positivos, ¡imagínate!

“No hemos tenido trabajadores contagiados con la enfermedad, ni siquiera los de higienización que son los que más contacto directo tienen porque entran a las habitaciones de los pacientes a limpiar y esa es otra de las satisfacciones que tenemos aún en medio de esta situación porque ¡no es fácil lo que ha pasado en otras instituciones!”

Iliana no escatima en ayudar a quienes lo necesitan y ni siquiera los cumpleaños han sido pretextos para relajarse, y es que cada 17 de septiembre, desde hace 4 años, le sorprende en situaciones excepcionales.

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“En el 2017 pasó el huracán Irma y para la fecha estábamos por la Cruz Roja inmersos en las labores de recuperación en Chambas, Morón, Bolivia y Júcaro. En el 2018 y 2019 en el enfrentamiento al mosquito Aedes Aegypti en áreas de salud del municipio Ciego de Ávila, y este año me tocó aquí.

“Pero si en el 2021 tuviera que enfrentar un desastre ya sea en Cuba o fuera de ella muy orgullosamente celebraría el cumpleaños porque esta es mi trinchera de combate, ya sea con otra epidemia o al frente de un centro de aislamiento, lo que me toque.”

 ilianaTomada del perfil de Facebook de la entrevistadaDispuesta siempre a ayudar a quienes lo necesiten y donde sea ─ ¿Qué ha aprendido en otras naciones?

─ Yo he tenido la experiencia de visitar varios países, tengo amistades en otras latitudes, y me cuentan que allá las cosas no son como aquí. Yo estuve en Argentina el año pasado, fui a la XXI Conferencia de Sociedades Interamericanas y ahí estuve compartiendo con personas de toda la región. Ahí no hay centros de aislamiento y la mayoría de las clínicas y hospitales son privados por lo que todo se paga.

“Nada tiene que ver aquello con el sistema de salud cubano, que es organizado, donde hay una voluntad política que se ocupa de abrir estos lugares para nosotros poder tratar a estos pacientes. En Honduras pasa igual y en Nicaragua lo mismo. Muchas amistades que tengo me dicen: 'Doña Iliana, pero yo no entiendo como es que allá aíslan a los pacientes sospechosos, les dan comida y que todo vaya por el estado cubano'. Por eso hoy el número de fallecidos en Cuba no se corresponde con los de otros países de la región.

“Y nosotros esperábamos un rebrote porque eso epidemiológicamente está concebido así; estábamos preparados para lo que venía. En unas provincias más que en otras, pero bueno, nos tocó.” 


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