Dividida oposición venezolana ante proceso de diálogo nacional

asamblea venezuela La oposición venezolana muestra nuevos signos de fragmentación ante la convocatoria a un amplio proceso de diálogo y concertación entre todos los sectores del país, impulsado desde la Asamblea Nacional (Parlamento).

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Para avanzar en la iniciativa, el Legislativo activó una Comisión Especial de Diálogo, Reconciliación y Paz, liderada por el presidente del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez, e integrada, además, por diputados opositores.

El primer vicepresidente del comité parlamentario, Luis Eduardo Martínez (Acción Democrática), anunció la adhesión al diálogo de la totalidad de la bancada adversa al Gobierno bolivariano, con la prioridad de producir respuestas a las problemáticas de la nación.

"Trabajaremos sin descanso (...) por la reconciliación y la recuperación económica, con inclusión social", declaró a medios de prensa el también integrante de la coalición opositora Alianza Democrática.

La convocatoria al diálogo nacional incluye a todos los sectores políticos del país, dígase aquellos que participaron en los comicios parlamentarios de diciembre sin alcanzar curules, como a quienes se abstuvieron, e incluso, boicotearon el proceso.

Como novedad, promueve también la participación de actores sociales, gremios empresariales, sindicatos, la sociedad civil y el pueblo en sentido general.

En esa línea de acción, en días recientes quedó instalada la mesa de trabajo con la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), con el objetivo de atender los reclamos del empresariado, en función de revitalizar la economía.

"La negociación debe dejar de ser satanizada, debe llevar a una convivencia con respeto", declaró el presidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno, quien abogó por la ampliación de espacios y políticas públicas que ofrezcan mayores garantías al sector privado.

En contraposición a la consecución de una agenda, en pos de incidir en las principales problemáticas del país, los sectores de la oposición extremista, que encabeza el exdiputado Juan Guaidó —reconocido por Washington como líder de la oposición—, se muestran reacios a sumarse a la convocatoria.

Este grupo condiciona cualquier acercamiento o participación en procesos de diálogo, a incluir en la agenda la repetición de un extemporáneo cronograma de elecciones, de acuerdo con declaraciones del autoproclamado presidente encargado.

El posicionamiento está en consonancia con declaraciones a medios colombianos del jefe de la Oficina Estadounidense de Asuntos de Venezuela, radicada en Bogotá, James Story, quien condicionó el reconocimiento del proceso de diálogo a la celebración de comicios presidenciales.

La postura de Washington se erige nuevamente como referente para Guaidó y sus seguidores, lo cual se inscribe como un nuevo episodio de la injerencia estadounidense en la dinámica política de ese país.

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El diputado opositor por el partido Avanzada Progresista, Luis Augusto Romero, en una intervención en el Parlamento, definió el diálogo como una forma de decir "nunca más intento de invasión contra Venezuela, nunca más sanciones o injerencia internacional".

La creación de la Comisión Especial para el Diálogo, Reconciliación y la Paz, fue uno de los puntos de coincidencia entre las agendas del Gobierno y la oposición que asistió a la cita electoral del pasado mes de diciembre.

Estos esfuerzos constituyen, además, vías para dirimir las controversias, enfrentar las agresiones externas, y garantizar la paz y estabilidad social del país.


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