13 de marzo: Seguimos en la senda del triunfo

Toda Cuba conoce que hace 66 años, el 13 marzo de 1957, un grupo de jóvenes cubanos intentaron ajusticiar al tirano Fulgencio Batista, en su propia madriguera

 asaltoArchivo Me pregunto qué puedo aportar yo entonces sobre algo que es del dominio del pueblo. Pienso en si las madres de esos muchachos sabían de sus arriesgadas acciones contra una dictadura que estaba cercenando a lo mejor de la juventud cubana de aquellos años. Ya Fidel combatía al frente del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra y en las ciudades los miembros del Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y del Directorio Revolucionario se enfrentaban con acciones clandestinas a la dictadura.

En los libros consultados se explica que el plan militar inicial contemplaba que un comando de 50 hombres asaltaría al Palacio Presidencial; otro protagonizaría la operación de apoyo, tomarían los edificios que rodean el Palacio y en sus azoteas emplazarían ametralladoras para barrer con su fuego la madriguera del dictador.

Un tercer grupo, bajo el mando del entonces presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), José Antonio Echeverría Bianchi, era el que tomaría Radio Reloj, desde cuyos micrófonos el líder de los universitarios llamaría con su enardecido verbo al levantamiento nacional.

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Qué decir de Manzanita, como le llamaban a José Antonio, si sabemos que era uno de los jóvenes más puros y valientes de su generación. Al leer el documento firmado de su puño y letra, conocido más tarde como Testamento Político, se me eriza la piel: “Nuestro compromiso con el pueblo de Cuba quedó fijado en la carta de México, que unió a la juventud en una conducta y una acción […] Creemos que ha llegado el momento de cumplirlo. Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque, tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo. Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo”.

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Llegaron hasta el Palacio con las armas luego de un largo y complejo proceso de organización de actividades que, gradualmente, unieron y comprometieron a los hombres a realizar una acción de lucha insurreccional llevando como bandera el amor a la patria.

A las 3:21 de la tarde llegó José Antonio a la cabina de Radio Reloj. Allí entregó a los locutores varios despachos, donde se informaba del ataque al Palacio Presidencial y de un supuesto parte emitido por oficiales que habrían tomado el mando del Ejército, luego de destituir a altos jefes del tirano Batista.

El líder de la FEU inició una alocución apasionada. Aunque hayan pasado más de 60 años cualquiera que escuche las enardecidas palabras se emociona.

Pero aquella arenga quedó cortada porque un empleado encargado de las transmisiones sacó del aire la emisora. Cuando rápidamente le informaron al dirigente estudiantil que estaban fuera del aire, abandonó el recinto, no sin antes, en su retirada, realizar unos disparos sobre el máster de la CMQ.

José Antonio retorna a su Universidad de La Habana, la que lo vio crecer como Presidente de la FEU. Entonces, el auto donde viajaba choca con un patrullero. Varios disparos impactaron su cuerpo y lo hicieron caer al piso. Se incorporó para seguir tirando. Una ráfaga lo fulminó. Fulgencio Batista supo aquel día que ni en su madriguera fortificada estaría seguro en lo adelante. Vivió para verlo.

A pesar de no haber logrado su objetivo, el asalto al Palacio Presidencial y la Toma de Radio Reloj conmovieron en sus cimientos al régimen batistiano y conmocionaron la conciencia popular. Era necesario y posible liberar la patria, a cualquier precio, con una lucha verdadera, imparable, contundente, a fondo, hasta su definitiva emancipación.

Nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro calificó el asalto al Palacio Presidencial como "una operación bien organizada, un acto de extraordinaria audacia y valentía, en el que también hubo fallos e imponderables". Pero de lo que podemos estar seguros es que le demostraron a la tiranía el heroísmo de hombres unidos en un ideal común frente a la explotación y el abuso.


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