Por asegurar crecimiento cañero en Empresa Agroindustrial Azucarera Ciro Redondo

La estrategia pretende garantizar el balance de tierras dedicadas a la explotación de la caña de azúcar en cinco años en la principal entidad del sector en Ciego de Ávila, pero al cierre de 2025 los resultados no son favorables

Si de recuperación cañera se trata, todas las cuentas del consejo de dirección de la Empresa Agroindustrial Azucarera Ciro Redondo confluyen en un objetivo: cumplir el balance de tierras dedicadas a la gramínea en cinco años.

Pero arribar a las 25 000 hectáreas (ha) previstas, demanda constancia y calidad de las faenas, especialmente en las áreas beneficiadas con máquinas de riego, a pesar de la insuficiente generación de energía eléctrica que tanto repercute en la vida económica del sector.

La magnitud de la incidencia pudiera ilustrarse con un dato, del plan anual que se había propuesto la entidad, esperan cumplimentar al cierre del presente año apenas el 56 por ciento, lo que representarían 1556 ha plantadas.

El dato lo ofrece Danilo Fernández Madrigal, director general de la Empresa, al tiempo que precisa la estrategia quinquenal, que tendría un punto de referencia crucial en 2026.

“El estudio que hemos hecho dice que por cada máquina de riego nosotros debemos sembrar 20 ha al mes para poder garantizar la germinación y la supervivencia, en lugar de una cantidad mayor porque en la actualidad la energía eléctrica disponible por día —de 7 a 8 horas—, no da para más”.

Bajo esa limitación, la entidad y sus bases productivas se proponen sembrar todo el año venidero, hasta sumar de 1920 a 2000 ha al término de los 12 meses.

Otro de los propósitos contempla disponer de 700 ha para semilla de enero a abril de 2026. “Como fortaleza tenemos la existencia de semillas de calidad, a partir de que septiembre y octubre fueron dos meses de lluvias muy beneficiosas para la Empresa, contrario al período mayo-agosto que fue muy malo”, comenta Fernández Madrigal.

Técnicos de la entidad aseguran que la simiente, especialmente en los últimos meses, muestra buena germinación, y a partir de esa realidad, “cuando nos entre un poquito de petróleo tenemos que multiplicar las labores culturales, cultivar y limpiar más la caña, hacerle todas las atenciones porque ese es el futuro de nosotros”, considera Danilo Fernández.

Las carencias incluyen los herbicidas necesarios para la atención de la gramínea, pero en contraste, se comporta favorablemente la disponibilidad de los llamados pre emergentes, de modo que la caña nueva se mantenga sin malas hierbas en un lapso de 90 días.

En medio de un contexto en el cual abundan competidores con atractivas propuestas de empleo, las posibilidades de ingresos de los productores pinenses residen en sembrar, producir y vender la gramínea, sin descuidar la producción de alimentos en las áreas designadas para ese propósito, de modo que la fuerza de trabajo se mantenga estable y se complete en aquellos escenarios en los cuales aún resulta insuficiente.


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